Una de las principales marcas económicas del gobierno de Santa Fe ya es parte del pasado. Se trata del superávit de las cuentas públicas provinciales, que para la Casa Gris expresó la correcta administración de los recursos públicos mientras que la oposición siempre criticó el ahorro registrado en el marco de una fuerte crisis social con alta pobreza.

En efecto, el déficit fiscal del primer trimestre del año fue de $ 37.114 millones, lo que representa el 9,7% de los recursos totales de los primeros tres meses del año. Los datos con el resultado del presupuesto ejecutado a marzo fueron publicados el jueves. 

En concreto, en los tres primeros meses tuvo ingresos por $397.929.590.598 y gastos por $402.145.579.708; lo que arroja un déficit económico de $4.215.989.110, que se extiende a $$ 37.114  millones cuando se agrega el resultado entre los ingresos y los gastos de capital.

Hasta ahora, el gobierno provincial sólo venía mostrando superávits, siendo el último déficit registrado el de 2019 durante la gobernación de Miguel Lifschitz cuando fue la mitad del actual: 5,5% del total de los recursos ($ 301.645 millones).

Del análisis de las cuentas públicas, el dato más relevante es que en el primer trimestre de 2023 el gobierno provincial registró directamente “déficit económico”; es decir, sus gastos corrientes fueron más elevados que los ingresos corrientes, incluso a pesar de que los recursos tributarios crecieron por arriba de la inflación.  Por ejemplo, en la comparación trimestral, el gasto en remuneraciones subió 130% contra un aumento del 100 de la inflación.

Hay situaciones en el que el resultado total es deficitario pero no porque ingrese menos dinero de lo que se gasta, sino que ingresa más de lo que se gasta (superávit económico), pero al tener que hacer frente a compromisos de pagos financieros, como deudas, termina arrojando un resultado negativo.

Por ejemplo, eso ocurrió en 2019 cuando se registró un superávit económico de $ 13.113,8 millones, que después terminó en déficit financiero por el fuerte gasto de capital, inversión que el gobierno de Omar Perotti criticó porque asegura se licitaron obras sin estar el financiamiento garantizado.

Pero cuando directamente un gobierno entra en déficit económico la situación se complica ya que no alcanza con ajustar pagos de la obra pública, que es lo que ya está haciendo, ya que la administración está gastando para funcionar por arriba de los ingresos habituales.

El gobierno de Santa Fe sostiene que la sequía es el causante de que los ingresos ya no tengan la fortaleza del año pasado y por eso aparece el déficit, además de que la disparada inflacionaria aumento los costos de funcionamiento operativo.

La Casa Gris viene afrontando el déficit con los fondos que tiene depositados a plazo fijo. A marzo tenía $80 mil millones, que frente a una masa salarial de $60 mil millones, muestra que la liquidez ya no es excesiva.