“Esto se va a poner feo”. La frase del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, es un reconocimiento de lo endeble que resulta darle pelea a la espiral inflacionaria solo con las medidas de control que se aplican desde su área, como Precios Cuidados, y sin una política macroeconómica apuntada a tal fin.

Para Leopoldo Tornarolli, del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata, programas del estilo Precios Cuidados tienen el problema que son de muy corto alcance: “Tienen efecto al principio, durante unos dos meses y cada vez menos; después quedan los cartelitos pero no están los productos”. Y no solo eso: las bocas comerciales suben los precios de otros productos, para compensar la pérdida que puedan tener por este lado.

En ese marco, el economista –en diálogo con Rosario3.com– advirtió que la baja de la pobreza de la última medición de 2021, que pasó de 40,6% a 37,3% en el último trimestre de 2021, se va a revertir al menos parcialmente en estos primeros meses de 2022, justamente por el fuerte aumento de los alimentos.

Tornarolli explicó que la caída de la pobreza que reflejó la última medición del Indec se explica por dos motivos: por un lado que, crecimiento económico mediante, en los tres meses finales de 2021 hubo un aumento del empleo que llegó al nivel más alto desde 2016 –46,3 cada 100 habitantes–. Por el otro, que en el segundo semestre del año pasado los aumentos de precios de la canasta básica (14,5%) –cuyo valor determina la línea de pobreza– estuvieron por debajo de la inflación general (21,3%), lo cual es toda una rareza que para el economista se explica por los controles y el resultado de planes como Precios Cuidados tras su lanzamiento.

El economista e investigador Leopoldo Tornarolli.

Pero advirtió que en lo que va de 2002 pasa “exactamente lo contrario”: en enero y febrero la canasta básica acumuló una suba del 10,1% –contra una inflación de 8,8– y se espera que para marzo supere el 15%, con lo cual en los primeros tres meses de este año totalizaría un aumento mayor al de los últimos seis de 2021.

Parafraseando a Feletti, el investigador dejó en claro: “Sí, la pobreza puede volver a ponerse fea”.

¿Qué hacer frente a este panorama? Tornarolli aceptó que los programas sociales pueden ayudar, pero un combate genuino a la pobreza requiere dos pasos básicos: primero estabilización de la economía y luego crecimiento.

En ese sentido, explicó que si desde 2011 –“cuando comenzaron a verse los malos resultados y la pobreza dejó de bajar”–  el PBI argentino hubiera tenido un comportamiento similar al uruguayo el país hubiera salido de la pandemia con una pobreza del 28 por ciento y no del 41.

“Lo que necesitás es volver a crecer no a tasas chinas sino de manera moderada pero sostenida. De esa manera, la pobreza va a ir bajando de a poco y podría llegar en 15 años al 20 por ciento”, señaló el economista. Un número que consideró manejable para poder eficientizar la ayuda social, mediante la identificación clara de los beneficiarios y sus necesidades, incluso para insertarse en el mercado laboral.