Rosario Central inició de forma ideal el choque con Cañuelas, este martes por la noche por los 32avos de final de la Copa Argentina. Iban tan solo 11 minutos de juego en la cancha de Unión cuando Mauricio Martínez, justamente un ex tatengue, tomó la pelota a 30 metros del arco del conjunto de Primera C y mandó un misil que se metió junto al caño derecho del portero Moyano. Parecía que a partir de ese buen inicio las cosas se iban a simplificar para el conjunto de Paolo Montero, pero el Tambero se propuso ofrecer resistencia y esa ventaja inicial al final de cuentas sería la decisiva para el avance de Central a la siguiente fase.


En el primer tiempo -y en definitiva durante casi todo el juego- el Tambero no tuvo situaciones claras en el arco del juvenil canalla Jeremías Ledesma, pero sí dispuso de aproximaciones y dio dura lucha en la zona de volantes, donde le jugó de igual a igual a un equipo tres categorías superior. 

En esa primera etapa hubo una jugada polémica: el árbitro Rodrigo López obvió una mano del paraguayo Leguizamón en el área de Central que, según las nuevas recomendaciones reglamentarias acerca de este tipo de acciones, debió ser sancionado con tiro penal. 

La segunda etapa tuvo casi el mismo trámite que la primera. Central trataba de adueñarse del balón y de a poco fue encontrando algunos espacios en tres cuartos de cancha, pero los centrales de Cañuelas achicaban bien y resolvían con solvencia los ataques auriazules. De todos modos, carecían de profundidad a la hora de encarar el área de Ledesma. 

Montero mandó a la cancha a futbolistas titulares en el torneo como Washington Camacho y Paulo Ferrari primero, y más tarde a Damián Musto.

Con el uruguayo, que está pasando por un gran momento, Central encontró mayor desborde y juego asociado por las bandas y a partir de un centro suyo llegó la chance más clara del complemento: Bordagaray primero y Martínez luego obligaron al arquero Moyano a la mejor doble tapada del encuentro. 

En los últimos minutos entró más en juego Teo Gutiérrez para manejar la pelota y en sociedad con Camacho y el juvenil Lovera alejaron el peligro del área canalla, que en verdad casi nunca estuvo en riesgo. Cañuelas lanzó centros desesperados y así se consumieron los instantes finales. 

Los protagonistas canallas se retiraron con la satisfacción de haber logrado la clasificación y destacando la dignidad del rival. Ahora Central esperará al ganador del cruce entre Tigre y Deportivo Riestra para conocer su adversario de 16avos de final de esta competencia.