Final de un sueño. Pero no de la ilusión para Central. Porque el torneo local se esfumó, se fue para la Ribera, se quedó en la Bombonera. Y ahora, a los canallas les queda el otro frente abierto, la Copa Argentina. Será cuestión de olvidar rápido este domingo y poner toda la atención en la batalla del miércoles

En el Florencio Sola, Banfield le ganó 2 a 1 a la escuadra de Coudet, que encaró este encuentro con varias ausencias: Donatti, Fernández, Larrondo y Ruben, todos preservados; y con Nery Domínguez, lesionado. Encima, Pablo Álvarez sufrió (presuntamente) una grave lesión y tampoco estaría en el Kempes ante Boca.

Los goles del ganador en el sur bonaerense fueron obra de Simeone y Villagra, ambos en el primer tiempo; mientras que descontó a falta de ocho minutos descontó Franco Niell. Con esta derrota, los de Arroyito perdieron la segunda posición en la tabla, ya que San Lorenzo se impuso a Temperley y quedó como escolta del campeón.

Si bien aún resta una fecha, la campaña de Central es digna de aplausos. Perdió recién su tercer partido en el año y pudo juntar 56 unidades, que lo dejaron en carrera hasta la fecha 29 del inédito torneo de 30 equipos. Ahora, ya clasificado a la Libertadores 2016, irá a La Docta a buscar el título que respalde la brillante campaña que realizó hasta acá.

Los goles

La clave

Central sintió mucho las ausencias de Donatti y sus delanteros principales, Larrondo y Ruben. Sobre todo del zaguero central, que fue sustituido por el errático, desprolijo y permeable Yeimar Pastor. Banfield se impuso haciendo poco y sacó la diferencia en el primer tiempo, dejando grogui a los jugadores del Chacho.

No funcionó el circuito de juego que suele cranear Lo Celso a lado de Nery Domínguez; Musto, más apegado a la marca, no le pudo dar el fútbol que le quiso aportar Pinola con sus salidas hasta la mitad de la cancha. Delgado y Niell fueron inofensivos y los verdiblancos se fueron al descanso ganando por dos sin despeinarse.

En el segundo tiempo, al Canalla le sobraron ganas pero le faltaron ideas para llevar peligro. Sólo se arrimó con pelotas detenidas y recién al final pudo alcanzar el descuento. Pero nunca, en todo el partido, dio la sensación de tener las armas futbolísticas y el espíritu para poner en jaque a Banfield. Que ganó con justicia y enterró todos los sueños auriazules.

El relato