Messi jugó ante Newell's y el partido ya es historia. La Pulga llegó al estadio DRV-PNK Stadium de Fort Lauderdale como lo hace siempre, pero esta vez fue distinto. Al pisar la cancha, enfrente estaba el club al que había ido a alentar cuando vivía en Grandoli, acompañado por sus hermanos mayores y amigos. 

Ahora también había amigos, pero viéndolo a él, ya consagrado como el mejor de todos. Leo fue homenajeado con la visita del club que lo vio aparecer por Malvinas de niño y que luego lo perdió de vista hasta que el pibe que deslumbraba en la Masía barcelonista debutó en la Liga Española. 

Este jueves de febrero, en la cálida Miami, levantó el pulgar cuando a los gritos los periodistas rosarinos que fueron a Estados Unidos, le gritaban si estaba contento de jugar con Newell`s. 

Luego de cambiarse para entrar al campo hubo foto bien leprosa: Messi, Maxi y Ever, posaron juntos. 

Leo entró a la cancha y los ojos de todo el estadio se posaron en él, incluso la fila de futbolistas rojinegros que estaban dentro del campo, al costado, haciendo ejercicios precompetitivos. 

Messi entró a la cancha a realizar el calentamiento (MLSes).

La familia Messi no podía estar ausente de la fiesta, mucho menos cuando los acompañaban tantísimos amigos, como pocas veces sucede cuando Leo juega en Miami. 

A los 29, Messi decidió que había que ponerle picante al partido y metió un zurdazo genial, que se fue al lado del palo. 

Y antes de los 40, metió un tiro libre sobre el palo derecho de Hoyos, que pasó a centímetros. 

En el entretiempo, antes del inicio del complemento, hubo nueva foto leprosa: esta vez con Maxi Rodríguez y Tata Martino. Los tres tomando una camiseta rojinegra.

Lo último que hizo Leo fue una pilada por la izquierda para rematar afuera, sin ángulo. Luego, se fue reemplazado. 

Parecía que ya no habría mucho para ver, sin embargo, los goles llegaron cuando Leo estaba fuera de la cancha. 
La Pulga tuvo mucha más tarea afuera. No hubo un jugador leproso que no lo abrazara y le pidiera una foto.