Napoli rompió la hegemonía de los poderosos de Italia y se quedó con una liga que generalmente gana Juventus y muchas veces Inter y Milan. Borussia Dortmund depende de sí mismo para ganarle hoy, después de varios años, el título a Bayern Munich en Alemania. Le lleva dos puntos y se juega la última fecha. Si vence a Mainz 05 festejará en la Bundesliga después de 11 años. Las últimas 10 temporadas el título fue para el equipo bávaro. 

Napoli festejó por tercera vez en su historia y después de 33 años, en aquellos tiempos dorados de Diego.

En los otros tres grandes torneos de Europa todo se mantiene en “orden”: campeones Manchester City en Inglaterra y Barcelona en España y primer puesto asegurado para PSG en Francia.

Si se quieren agregar dos torneos importantes, no hay muchas sorpresas. Benfica y Porto pelean en Portugal y definen el título el fin de semana y Feyenoord rompió en parte la hegemonía de Ajax y PSV Eindhoven en Holanda, pero siempre es el tercero en discordia.

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Sin dudas, el gran golpe lo dio el equipo napolitano, una institución humilde del sur italiano, que ya hace unos cuantos años que se viene mezclando entre los de arriba. Ahora dio el zarpazo. Y por una gran diferencia. Les dio una enorme paliza a los poderosos y a los dos equipos de la capital, Roma y Lazio, que en cuanto a poderío económico son mucho más que el equipo celeste.

En las tablas de abajo, se produjeron algunas sorpresas. 

Nantes está por descender en la Ligue 1 y Everton podría caer al Championship por primera vez desde que existe la Premier League. Leicester, campeón en 2016, está con un pie en el descenso.

Las privatizaciones marcan el pulso de los poderosos y de los nuevos ricos. Hasta Barcelona y Real Madrid se están reconvirtiendo

Sevilla y Valencia, siempre protagonistas detrás de los tres grandes y a la par de los equipos vascos, tuvieron que pelearla hasta el final este año para escaparle a la “parca”. Espanyol, dirigido alguna vez fugazmente por Marcelo Bielsa y club del que es ídolo Mauricio Pochettino, está a punto de descender.

En Alemania perdió la categoría Hertha Berlin y está cerca de caer otra vez Schalke 04 (ascendió para esta temporada), uno de los clubes más populares del fútbol germano. A propósito, Hamburgo, otro gigante teutón, pelea en la segunda por un ascenso, o en el peor de los casos por un desempate con el antepenúltimo de la Bundesliga para volver a pertenecer. Hace tres temporadas que está en 2 Bundesliga.

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Stuttgart también está tecleando y podría ser rival de Hamburgo si se da una combinación de resultados. En ese caso, lógicamente, uno jugará en la 1 Bundesliga y el otro en segunda.

En Italia descendió Sampdoria, que apenas ganó tres partidos en toda la temporada. Por suerte para la región, aunque no para la Samp, su primo de ciudad, Genoa, ya se aseguró el regreso a primera.

La competitividad no es el denominador común de las grandes ligas europeas y todo se acomoda de acuerdo al poderío económico.

Por eso sucede, por ejemplo, que Newcastle, generalmente ubicado de mitad de tabla en la Premier, este año está tercero, clasificado a la próxima Champions y en la temporada que viene probablemente pelee el título.

En octubre de 2022 Newcastle fue comprado por un fondo inversor de Arabia Saudita en 533 millones de euros

El desembarco del estado árabe, con los jeques mediante, generó que el club sea el más rico del mundo, por encima de Paris Saint Germain y Manchester City.

Hoy existe una gran polémica porque los dueños pretenden que la nueva camiseta del club sea verde (la original es negra y blanca a bastones), en alusión a la bandera de Arabia Saudita.

Las privatizaciones marcan el pulso de los poderosos y de los nuevos ricos. Hasta Barcelona y Real Madrid se están reconvirtiendo.

Manchester City, otrora olvidado en el Championship y hoy probablemente el mejor equipo del mundo, es la prueba cabal de esa transformación.