La carrera y un pedazo de la vida de Sergio Pezzotta dio un vuelco el 26 de junio de 2011, hace poco más de cinco años, cuando tuvo que dirigir aquel histórico partido en el que River se fue al descenso por primera vez en la historia al perder la promoción con Belgrano de Córdoba. El árbitro rosarino habló en profundidad por primera vez de aquella jornada que lo tuvo como protagonista. Y se quebró al confesar detalles dramáticos de ese domingo que marcó a fuego al fútbol argentino.

Hubo una jugada que pudo torcer la historia: el claro penal que el defensor pirata Chiqui Pérez le cometió al delantero millonario Leandro Caruso y que Pezzotta no pitó.

“Cometí un error, me equivoqué porque estaba mal parado. Vi que llegan los dos a la pelota, patean y chocan. Y no fue lo que realmente pasó. Caruso alcanza a tocar la pelota y Pérez se lo lleva puesto. Y yo cobré córner”, rememoró el juez rosarino que no volvió a dirigir a River.

A raíz de esa jugada, la barra brava de River se metió en el vestuario del árbitro en el entretiempo, como quedó registrado en las cámaras de los pasillos del Monumental: “Se me metieron diez, doce tipos. El vestuario es muy chiquito en River. Abren la puerta, se mete uno y me dice: «Mirá que acá tenemos que ganar porque no va a salir nadie»”, relató Pezzotta.

“Todos de gorrita, ropa deportiva, lo que se ve en el video. Yo me paro en la puerta para que no se metan y les digo: «Muchachos tranquilos. Vayan que el partido está bien» y cerré la puerta. Cuando miro veo doce tipos y un policía cruzado de brazos, con la cabeza gacha”, siguió.

“Si no nos cobrás un penal no salís vivo. Te vamos a matar. Cobrá un penal o te vamos a matar”, fue la frase que el juez rosarino trajo a su memoria y ahí se quebró y lloró.

Pezzotta también habló de una charla con el arquero de River, Juan Pablo Carrizo, en el segundo tiempo: “«Mirá que fue penal», le dijo el portero. “«Carrizo, se me metieron doce tipos en el vestuario. Me mandaron a apretar»”, le respondió el árbitro. Carrizo se dio vuelta y dijo: “«Muchachos, con los referís nada eh, seguimos jugando»”, relató el árbitro.

Pezzotta reconoció que en ese momento de dar el pitazo para el arranque del segundo tiempo, donde se iba a definir todo, se quedó “duro”. “«Me dijo, ¿qué hago acá?»”.

Cuando le preguntaron si la barra fue mandada por el presidente de River en ese momento Daniel Passarella, respondió: “Estaba todo liberado. En la causa había varios dirigentes, pero castigaron a cinco tipos que terminaron repartiendo estampitas: todos con probation”.

Pezzotta se emocionó al recordar lo que le sucedió con su familia en los días posteriores al histórico partido: “Yo saqué a mi familia de Rosario después. La policía de Santa Fe la llevó a un hotel en Victoria una semana por las amenazas telefónicas. El jefe de policia de Santa Fe me dijo que tenía inteligencia de que algo iba a suceder. Yo me quedé toda la Copa América internado en el predio de Instituto. Después, estuve dos meses con dos policías de civil en mi casa de Rosario”.

También rememoró un incidente “grave” que le tocó vivir a raíz de su actuación en ese encuentro en el que River se fue a la B: “Apenas pasó tuve un incidente bastante grande en una parrilla donde yo iba. En un primer momento no reaccioné porque iba con los chicos de la mano, pero habré hecho 10 metros y me agarraron los mozos porque tomaba lo que tenía a mano y se lo daba en la cabeza. Me increpó mal y me pararon. Fue el único incidente grave que tuve. Obviamente que vas por la calle y te putean”.

Pezzotta cerró con una frase acompañada de llanto: “La verdad es durísimo, cada vez que me acuerdo me mata. Pero son cosas que me tocaron vivir”.