En los últimos días, la Justicia de Estados Unidos comenzó a analizar una serie de operaciones financieras vinculadas a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). La investigación se concentra en movimientos de grandes sumas de dinero realizados a través de bancos estadounidenses y canalizados mediante un entramado de sociedades comerciales que, según se sospecha, habrían sido utilizadas para eludir controles y obligaciones fiscales.
Las operaciones bajo análisis se habrían instrumentado a través de contratos de comercialización de los derechos de la selección argentina con compañías radicadas en distintos países, firmados durante la gestión de Claudio “Chiqui” Tapia y con la intervención del tesorero Pablo Toviggino.
Una parte sustancial de las pruebas que respaldan el expediente se encuentra en archivos judiciales de acceso público en Estados Unidos, y el Gobierno de Javier Milei ya resolvió tomar participación formal en el proceso. De hecho, la gestión libertaria, a través del Ministerio de Seguridad, respaldó la denuncia.
La causa tuvo su origen en una presentación realizada en septiembre del año pasado por el empresario Guillermo Tofoni ante el Departamento del Tesoro y la fiscalía federal norteamericana. En esa denuncia se planteó la sospecha de posibles maniobras de lavado de activos y desvío de fondos por parte de la AFA, utilizando cuentas bancarias abiertas en territorio estadounidense.
Dentro del esquema investigado, los fiscales señalaron como actor clave a la firma TourProdEnter LLC, que habría funcionado como intermediaria para el cobro de contratos internacionales relacionados con la Selección.
De acuerdo con esa denuncia, la empresa llegó a concentrar alrededor de 25 millones de dólares en una cuenta del banco Synovus, en la ciudad de Birmingham (Alabama), sin que esos fondos fueran informados ante la autoridad fiscal argentina.
TourProdEnter fue inscripta en Miami por Erica Gillette, esposa de Javier Faroni, exempresario teatral y exdirectivo de Aerolíneas Argentinas, vinculado políticamente al Frente Renovador de Sergio Massa –fue diputado bonaerense de ese espacio–.
Una investigación del diario La Nación reveló además que la empresa desvió dinero hacia sociedades “fantasma” radicadas también en Estados Unidos, en las que figuraban argentinos como “directivos” y, en registros previos, hasta la esposa de Toviggino.
Los registros confidenciales a los que accedió ese medio provienen de cuatro bancos a los que la Justicia de Estados Unidos les impuso un “discovery”, es decir, la entrega obligatoria de información que de otro modo se mantendría confidencial. Estos bancos fueron el Bank of America, Citibank, JP Morgan y Synovus.
Muestran que Gillete ordenó pagos y transferencias por al menos US$16,6 millones para solventar gastos suntuarios con fondos de la entidad que preside “Chiqui” Tapia, con Toviggino como mano derecha.
La AFA difundió el pasado lunes un comunicado en el que cuestionó la mencionada investigación periodística según la cual la casa madre del fútbol argentino habría desviado fondos en Estados Unidos a través de la empresa TourProdenter, encargada de representar comercialmente a la institución a nivel internacional.
Quién es Javier Faroni
Con una trayectoria sinuosa, entre la producción teatral, la política y los negocios con el deporte, Faroni es uno de los personajes mencionados en la trama que investiga el presunto desvío de fondos millonarios al exterior.
Antes de vincularse comercialmente al mandamás del fútbol argentino, Faroni recorrió otros mundos, y en ese derrotero fue ampliando su red de contactos e influencias.
Marplatense de nacimiento, a los 11 años el destino lo puso cara a cara con el mítico actor Carlos Calvo, mientras paseaba con su abuela por centro de la ciudad.
Tras saludar efusivamente a su ídolo, Carlín lo invitó a una función en el Hotel Provincial y pudo mirar la obra desde atrás del escenario.
Desde ese momento crucial en su vida, Faroni se convirtió en cadete y aprendiz de Calvo, y fue creciendo en su carrera para pasar a ser asistente de producción, hasta que a principios de la década de los 90 produjo su primera obra.
A partir de allí su ascenso fue meteórico y se convirtió en un referente de la producción teatral en las temporadas de verano. En un giro en su carrera laboral, se insertó en la política de la mano del Frente Renovador de Massa.
Su esposa, Erica Gillette, también estaba ligada al massismo desde los albores de esta fuerza política, cuando se independizó del kirchnerismo por entonces gobernante.
En 2015, Faroni fue electo diputado bonaerense por el Frente Renovador y tras intentar sin éxito ser intendente de General Pueyrredón, desembarcó como director de Aerolíneas Argentinas en 2019, cuando comenzó la gestión de Alberto Fernández.
Por su rol en la aerolínea de bandera, en medio de la pandemia de coronavirus, le tocó coordinar los vuelos de repatriación de futbolistas varados en el exterior.
Desde esa función, su camino se cruzó con el de Claudio “Chiqui” Tapia, con quien trabó un provechoso vínculo que perduró más allá de su tormentosa salida de Aerolíneas, en febrero de 2002, en medio de denuncias por presunta corrupción, incrementos patrimoniales injustificables, y negocios poco claros en el exterior.
En diciembre del 2021, un año antes de que el combinado de Lionel Scaloni y Lionel Messi tocara el cielo qatarí con las manos y abrazara la gloria eterna, la AFA contrató a TourProdEnter LLC.
Casi en simultáneo, otra empresa del mismo dueño, Deportick, se quedó con el suculento negocio de la venta de entradas de la selección y de la Copa Argentina.
Tras la consagración en Qatar, Faroni produjo una Expo vinculada a la Scaloneta en La Rural en 2023 y también impulsó la fallida Universidad de la AFA.
Además, en 2024 adquirió el 80% del paquete accionario del Perugia, un club de la tercera división del Calcio italiano, según pudo reconstruir la Agencia Noticias Argentinas (NA).



