La granada que estalló sobre una de las puertas del estado de Newell's ubicadas frente al hipódromo, y que rompió vidrios de algunas oficinas del club, fue arrojada por gente que llegó al lugar en un Peugeot 408 blanco. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad, confirmaron fuentes judiciales.

Encontrar el auto era ahora la prioridad del Ministerio Público de la Acusación, donde se baraja la hipótesis de que los autores podrían pertenecer a sectores que quedaron afuera de la conducción de la barra brava.

Del lado del club, el ingeniero José Conde, vocal de la comisión directiva, dijo que esta “es una situación muy compleja. No sabemos dónde termina la locura”. Y agregó que “es un hecho más que aleja a la gente del club y del estadio”.