El expresidente norteamericano Donald Trump, quien había optado por no hablar sobre el desempeño estadounidense en los Juegos Olímpicos de Tokio, apareció el viernes con una dura crítica sexista hacia la selección femenina de fútbol.

“Son un equipo comandado por un grupo radical de maníacas de izquierda”, catalogó el exjefe de Estado en un comunicado, tras la conquista del bronce por parte de equipo.

La hostilidad del expresidente hacia las futbolistas de su país también es una reacción a las protestas que la selección suele protagonizar en público, antes de los partidos, para reclamar la igualdad de derechos y respaldar el movimiento “Black Lives Matter”, por lo que suelen arrodillarse -aunque no son las únicas que lo hacen- antes de jugar los partidos.

”Si no le hubiesen faltado el respeto al himno y al país, hubieran logrado el oro”, continuó Trump, y destacó que “esto pasa cuando estás destinado a ser un perdedor”.

La abanderada de los reclamos y ferviente defensora de los derechos de la comunidad LGBT es Megan Rapinoe, figura del partido, quien le había ofrecido al actual presidente Joe Biden ser su número dos, durante su campaña electoral.

Bajo este contexto y pese a los dos goles que marcó la deportista, Trump aseguró que “la mujer de pelo morado jugó terriblemente hoy porque pasa más tiempo pensando en política que haciendo su trabajo”.

Estados Unidos consiguió, así, el bronce, que podría parecer poco comparado con el oro obtenido en Atlanta 96, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, hegemonía sólo interrumpida por Noruega en Sídney 2000, en donde fue subcampeón, y por Alemania, en Río 2016.