Un vecino de Cañada de Gómez denunció a agentes de policía de esa ciudad santafesina por haberlo golpeado y apresado luego de haber ido a la comisaría a denunciar una fiesta clandestina. El denunciante y víctima terminó con la nariz rota y detenido.

Los hechos ocurrieron el domingo 20 de septiembre, pero trascendieron este miércoles después de que la Asociación de Derechos Humanos cañadense acompañara a la víctima a formalizar la presentación judicial contra los oficiales.

Fabio Mora, de 34 años, se hizo presente en la comisaría de su barrio el domingo 20 de septiembre a las 3 de la mañana, después de haber intentado comunicarse con el establecimiento en reiteradas oportunidades, para denunciar una fiesta clandestina.

“En la comisaría salió a atender un hombre sin elementos de seguridad por la pandemia. Me quejé por esa situación y porque nadie atendió mis llamados telefónicos”, contó el vecino y detalló que luego llegaron más policías y se produjo un entredicho.

“Luego salí con el auto para llevar a mi pareja hasta mi casa, que queda a la vuelta de la comisaría, y el policía que me atendió se puso al frente. Le pedí que se corriera y cuando arranqué simuló que le pisé el pie con el auto. Ahí le dije que no mintiera porque estaba grabando todo con mi celular”, agregó Mora.

Finalmente, volvió para terminar los trámites de la denuncia respecto de la fiesta que se estaba llevando a cabo a pocos metros de su casa: “Al llegar a la comisaría comencé a grabar todo para que quede registrado. Salió un policía, me preguntó qué pasaba y sin mediar otro diálogo me tomó del cuello, me tiró al piso violentamente, lo que me lastimó las rodillas y los codos y me quitó los celulares”.

Según consta en la denuncia realizada posteriormente por Mora, luego lo esposaron, amenazaron y comenzaron a golpearlo salvajemente.

Me dieron golpes en la cara, costillas, piernas, brazos y en la cabeza. Quedaron marcas, raspaduras, hematomas y sangrado que luego constataron los médicos. Estaba desesperado, grité pidiendo auxilio pero el que me golpeaba me decía: «Callate porque te mato»”, relató el hombre.

Para que le dejaran de pegar, Fabio Mora le dijo a los policías que su padre estaba escondido grabando lo que estaba ocurriendo. Cuando corroboraron que esto no era cierto, lo llevaron a un calabozo y lo agredieron hasta dejarlo inconsciente.

Al despertar vi a mi pareja que me pedía, por orden de los policías, que borrara el video del celular. Ahí intervino otro policía que dijo que no se preocuparan porque ya había retirado la tarjeta de memoria del teléfono”.

Y agregó: “Después me sacaron del calabozo, me ficharon y me pidieron que rellenara las fichas y ahí me di cuenta que tenía un pulgar morado y fuera de lugar. Me devolvieron los teléfonos con los vidrios astillados y me liberaron a las 9 de la mañana del domingo”, cerró.