En sus redes se presenta como: “abogada especializada en derecho deportivo. Abogada, empresaria, comisión de asociaciones miembro Fifa, ex comisión normalizadora AFA, rosarina y de Central”. Carolina Cristinziano, asumió como vicepresidenta primera de Rosario Central tras las elecciones celebradas el 18 de diciembre último y forma parte de la comisión directiva que encabeza su marido, el exdelantero canalla Gonzalo “Pejerrey” Belloso.

De entrada, Cristinziano aclara que sus antecedentes en el mundo del fútbol y su vinculación con entidades deportivas tiene una antigüedad que antecede a su relación con Belloso –quien además, fue dirigente de Conmebol hasta 2021–  y alude no sólo a su formación profesional, sino también a su pasión por el club de Arroyito a donde, desde chica, iba con su familia.

“No soy solo «la esposa de». Bastante antes de conocer a Gonzalo (Belloso) ya estaba trabajando en el mundo del fútbol. Comencé muy chica; apenas me recibí en la facultad de Derecho, me puse a trabajar en el fútbol de forma exclusiva. Toda mi carrera se dedicó al fútbol, asesorando instituciones y clubes", dijo en diálogo con el programa A la Vuelta (Radio 2).

Carolina Cristinziano junto a Gonzalo Belloso y Miguel Ángel Russo, en los días previos a las elecciones en Rosario Central.

Claro que ejercer la vicepresidencia de uno de los dos clubes de fútbol más importantes (y con mayor cantidad de socios) de la ciudad no es una tarea menor. Atrás quedaron sus declaraciones de 2016, cuando afirmaba que siempre se peleaba con la policía al entrar a la cancha.  “Todos los partidos de visitantes entro a los tiros, a veces sin entrada ¡y con el jefe de la barra!”, había dicho entonces. Hoy, toma distancia de aquellas palabras y prefiere hablar del complejo presente del club de Arroyito que necesita soluciones urgentes para hacer frente serios problemas financieros.

Carolina afirma conocer la complejidad del cargo y es consciente de que ocupa un puesto de mucha autoridad. De hecho, no hay antecedentes de una mujer ejerciendo la vicepresidencia de la comisión directiva, en toda la historia del club.

“Hacernos cargo de Central significa mucha responsabilidad y compromiso. El otro día, cuando salimos a la cancha, en el primer partido, me emocioné. Estaba toda mi familia y me hizo acordar a lo que fue una vida yendo a la cancha así, en familia. Ver ahí a mis viejos, que por suerte los tengo, y a mis hermanos que estaban todos acompañando, me hizo pensar que tenemos la posibilidad, si hacemos las cosas bien –subrayó– de darle alegría a la gente, al hincha”.

Remontar la deuda

 

Nos dejaron vencimientos acumulados en los meses de enero y febrero para que el club detone.

Es conocido el difícil panorama administrativo y financiero de Rosario Central, tras la salida de la última comisión directiva liderada por Rodolfo Di Pollina y los pormenores van saliendo a la luz con el transcurso de los días. “Todo el mundo sabía que el club estaba mal. La comisión saliente no hizo una sucesión sana para el club, que habría implicado darnos información real para evitar que tengamos que realizar una auditoría, como la que estamos haciendo ahora. La información es vital para hacer una planificación. Dejaron el club en un estado económico financiero muy deplorable, con una deuda que sobrepasa los diez millones de dólares, con vencimientos acumulados en los meses de enero y febrero para que el club detone. No pagaban sueldos a los empleados, ni a proveedores, acreedores y ni siquiera a los jugadores de fútbol. Nos encontramos con que todos vinieron de repente a querer que paguemos todo lo que no pagó la comisión directiva anterior durante un montón de tiempo”, explicó la vicepresidenta, pero llevó tranquilidad con el nuevo rumbo de la vida institucional: “Cuando hicimos el traspaso (un mes antes ya sabíamos) nos pusimos a trabajar de manera que cuando entramos estaba todo muy caminado. Ahora tenemos confianza en lo que estamos haciendo. Nos tocó armar un mercado de pases con menos tiempo que el resto, pero sabíamos que pasaría eso”.

Cristinziano menciona su experiencia en la comisión normalizadora de AFA (en la que fue la única integrante mujer) y su trabajo como abogada especializada en temas de traspaso, asesorando en asociaciones y clubes de Europa, algo que –admite– le sirve mucho para los problemas que tienen que resolver hoy en el club de Arroyito. Además, valora la posibilidad de ocupar “un espacio donde se toman decisiones”. 

El hecho de ser abogada le aporta a su nuevo rol en la comisión directiva del club un plus de conocimiento: “Es mucho más fácil dar indicaciones y ponerse encima de los temas cuando sabés qué tipo de contratos hay que hacer y qué tenés que pedir. Obvio que contratamos abogados, porque no podemos estar abocados a un solo tema, pero sabemos qué tienen que hacer”.

¿Carolina presidenta?

 

En 2018, en los meses previos a las elecciones del club, en las que el oficialismo arrasó, Cristinziano realizó declaraciones en las que afirmaba que se sentía preparada para estar al frente de la lista de la agrupación a la que pertenece: Raza Canalla. En su momento dijo que lo había planteado como una estrategia de marketing. “Decir que una mujer podía candidatearse a la presidencia del club nos podía dar mucha visibilidad”, afirmó en aquel momento.

Si hoy me preguntan si en algún momento podría ser presidenta de Central, te digo que sí, ciento por ciento, sí”.

Hoy, enero de 2023, con los resultados del último comicio sobre la mesa y en pleno ejercicio de la vicepresidencia de la comisión directiva, analiza aquellos dichos y se proyecta a futuro: “En 2018 era una posibilidad. Lo pensamos, sobre todo por la intención de que haya más mujeres en el fútbol. pero en ese momento, mi marido estaba en Conmebol, con una carrera ascendente. Viéndolo desde la actualidad, ese crecimiento permitió que hoy yo pueda venir al club con una formación más fuerte y más recorrido. Entonces, si bien por esa cuestión familiar el tema quedó allí, yo me sentía con capacidad de ocupar ese lugar. Y si hoy me preguntan si en algún momento podría serlo, te digo que sí, ciento por ciento, sí”.

“En aquel momento –afirma– un montón de gente me llamaba para que me presente, pero hoy no lo digo sólo por mí; quiero dejar abierta la puerta para otras mujeres que el día de mañana, si están a la altura, lo puedan hacer.  A esta altura de la vida, hablar de si es hombre o mujer, sigue siendo discriminatorio para la mujer. Muchas veces, las mujeres tienen más capacidades que los hombres, pero al ser hombres, se desconfía un poco menos de ellos. Hay que tratar de que te conozcan en lo que querés proponer para el club y hay que jugársela”.

Por qué no un clásico de verano

 

La inquietud siempre parte de los hinchas que sólo pueden ver dos clásicos al año con todo lo que eso implica tanto para el público como para los jugadores y quizás, aumentar la frecuencia de esos cruces entre Central y Newell’s contribuiría a descomprimir la presión y bajarle el estatus de “batalla campal” que a veces rodea al partido en sí, a la previa y a los días y meses posteriores a la “contienda”.

¿Qué tan difícil es organizar un torneo de fútbol de verano en Rosario, que además de ofrecer un espectáculo deportivo a los hinchas permita a los clubes hacer una recaudación extra para paliar las arcas siempre en crisis?

“Recién entramos en la comisión directiva y nadie nos propuso esto. No figuraba en ningún punto de nuestra propuesta, el hacer una copa” – aclara Cristinziano– y agrega que tampoco se les ocurrió la idea porque para este verano ya estaba todo organizado. Incluso los compromisos que Central tenía en Chile ya estaban armados desde antes, pero siempre está bueno analizarlo y verlo para futuro”.

Después, va desgranando la idea y estimando la posibilidad para otras pretemporadas. “Nosotros trabajamos todo en equipo –dice–; habría que analizarlo, como todo. Sabemos lo que significa un clásico y hay que tener en cuenta todas las variables. Quizás nosotros pensamos hacerlo y después la policía diga que no, etc., pero habría que analizarlo”.

Logros deportivos versus liquidez

 

Inmediatamente después de las elecciones y con la asunción de Miguel Ángel Russo en la dirección técnica del equipo masculino de primera en Central, comenzaron a llegar los refuerzos para la temporada 2023. Como siempre, cada vez que esto sucede, redes sociales mediante, los hinchas y socios manifiestan su aprobación o rechazo a las nuevas incorporaciones. Este año no fue la excepción y hubo críticas a algunos nombres por considerar que no tenían la jerarquía que los flamantes directivos habían prometido en campaña.

Buscamos ser profesionales. Trajimos un defensor campeón, Carlos Quintana, campeón de Copa Argentina, con una trayectoria en clubes importantes del país y a Facundo Mallo, que salió campeón con Sporting, equipo de primera en Uruguay. Trajimos a Alan Rodríguez, jugador con proyección, de uno de los dos equipos más grandes de Paraguay, Cerro Porteño. No son jugadores de la B –remarca, en respuesta a los hinchas que protestan– y es necesario explicar que no le sirve a Central traer jugadores caros. Tiene que buscar oportunidades y tratar de vender bien. No somos Racing, ni Boca, ni River. Eso hay que entenderlo”.

Otro reclamo de algunos hinchas apunta a la falta de continuidad de los jugadores buenos que podrían llevar al equipo a conquistar logros deportivos, pero son vendidos apenas empiezan a desplegar su talento, ante las primeras ofertas. ¿Cómo conciliar la búsqueda de un campeonato con la venta permanente de jugadores?

Si nosotros tapamos jugadores que ya están para primera y traemos otros pagando un montón de dinero, no entendemos cómo funciona el club.

“En esta ocasión, tenemos una gran deuda y si no vendemos jugadores, no sé de dónde pensamos que va a salir el dinero. Ya es un montón que no hayamos vendido en este libro, sabiendo que hay ciertas propuestas. Es una tarea que vamos haciendo con la secretaría técnica para trabajar con una proyección y no quedarnos en el corto plazo, pero necesitamos vender”, insiste.

Explica, además, que están optimizando todas las negociaciones para traer jugadores y también para vender. “Si nosotros tapamos jugadores que ya están para primera y traemos otros pagando un montón de dinero, no entendemos cómo funciona el club. Hay que entender que se habla muy mal de Central. Que no es pagador, que es incumplidor. Nosotros valoramos el club que tenemos, sabemos lo que es la camiseta de Central, lo que es nuestra gente y tenemos que pagar la deuda”.

¿La utopía Di María cada vez más cerca?

 

La aspiración de contar con Ángel Di María en el plantel canalla para que cierre su carrera en Arroyito, tras la obtención de la Copa del Mundo, al parecer no es una utopía lejana de los hinchas, sino un plan a mediano plazo, que también comparte la comisión directiva.

“Claro que lo imaginamos. Ángel estuvo acá, tiene una amistad de muchos años con Gonzalo (Belloso); estaba con ganas de que viniéramos al club (lo puedo decir ahora porque ya pasaron las elecciones y no es campaña); nos conoce, confía en nuestro trabajo y esperamos que pueda venir pronto, como se pudo haber conversado y vamos a trabajar para eso”, aseguró.

Central y el equipo femenino de fútbol

 

La dirigente evalúa el presente del plantel profesional femenino de la institución y desliza los próximos pasos a seguir en pos de aumentar la profesionalización del equipo. 

“El grupo está muy bien y vamos a tratar de profesionalizarlo más en el área de contrataciones, lugar de entrenamiento, planificación de pretemporada, etc. Este año, por ejemplo, hubo pretemporada del equipo femenino, como hizo la reserva masculina; hubo mejoramiento en la alimentación, se trabajó con la nutricionista. Tratamos de que el equipo arranque bien, con la base que tenía y algunas incorporaciones, mejorando sus condiciones, entendiendo bien quiénes son las mejores jugadoras, quienes son promesas y qué planificación puede haber a futuro”.

“Lo que todos queremos y no lo podemos decir”

 

Para traer marcas importantes, Central tiene que ser una institución sana económica y financieramente; debe ser creíble y transparente.

Cada campaña se puebla de promesas y cada gestión directiva puede ser capaz de cumplir mucho, poco o nada de aquellos atractivos anuncios previos a las elecciones. La actual comisión directiva comenzó su rodaje y en la mira, de cara a los próximos tres años y pico hasta la finalización del mandato, están los logros deportivos de máxima que, acorde a la tradición cabalera del fútbol, nadie quiere decir con todas las letras.

“Nosotros apuntamos a lo que todos queremos: logros deportivos. Yo sé que la gente quiere que nos endeudemos y traigamos jugadores, pero en el actual mundo del fútbol, que se profesionaliza cada día más, para traer marcas importantes, Central tiene que ser una institución sana económica y financieramente; debe ser creíble y transparente. Para eso, hay que trabajar mucho en la administración del club. Los logros deportivos son los sueños que nos hicieron venir; lo que nos desvela y para lo que vamos a trabajar hasta la última gota de energía”, asevera Cristinziano.