La nueva jornada de protesta convocada por el Comité Nacional del Paro en Colombia tuvo este miércoles una contundente respuesta de parte de la ciudadanía, que protagonizó masivas movilizaciones en las principales ciudades, con escenas de represión en Barranquilla antes y durante el partido de River, mientras el presidente Iván Duque insistió en el deseo gubernamental de “retornar a la normalidad, con la urgencia de escuchar y atender las causas sociales”.

Lejos de atemorizarse por represiones pasadas, todos los sectores movilizados en Colombia volvieron a la calle por decimoquinto día consecutivo para sumarse a 514 actividades de protesta –entre manifestaciones, actividades artísticas, bloqueos, cortes- en 221 municipios, custodiadas por 140.000 policías.

Según el titular de la Policía, Jorge Vargas, los uniformados tenían la orden de “garantizar protestas pacificas”.

Aunque la jornada de hoy es consecuencia directa del fracaso en la ronda de diálogo del Gobierno con los sectores convocantes, el presidente Duque insistió con la búsqueda de consensos, y escribió en su Twitter: “Como país queremos retornar a la normalidad, con la urgencia de escuchar y atender las causas sociales. Por eso manifestamos la voluntad de tener espacios de negociación con el Comité del Paro, para que entre todos construyamos soluciones”.

Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Pereira, Yopal, Cartagena, Neiva, Putumayo, entre otras, fueron escenario de importantes protestas, en las que el reclamo por la desmilitarización de las calles y el fin de la represión a la ciudadanía estuvo en lo alto de las demandas. Ayer la Defensoría del Pueblo reconoció 41 muertos civiles.

En verdad, el pliego de demandas del Comité Nacional del Paro incluye también una renta básica de un salario mínimo para los afectados por la pandemia, el retiro del proyecto de Ley de Salud, la defensa de la producción nacional (agropecuaria, industrial, artesanal, campesina), el freno a las erradicaciones forzadas de cultivos de uso ilícito y subsidios a las Pymes.

Las redes sociales, además, fueron una catarata de imágenes y videos de las movilizaciones en cada rincón del país y de muchas banderas “invertidas”, con el rojo hacia arriba, en señal de protesta.

En varios casos, las protestas se extendieron hasta entrada la noche, convertidas en festivales musicales y artísticos, aunque con el lógico temor de que la oscuridad pudiera traer también las acciones violentas de las que la jornada careció a excepción de bombas incendiarias lanzadas contra la alcaldía y el incendio de cajeros en Popayán, en el departamento de Cauca, y la quema de un colectivo en Neiva, en Huila.

Las protestas hicieron que el partido Nacional de Medellín-Nacional de Montevideo, en Pereira, estuviera cerca de la suspensión y pusieron en riesgo el de River Plate frente a Junior en Barranquilla, los dos por Copa Libertadores, porque grupos de jóvenes se oponían a que hubiera fútbol en medio de semejante cuadro social.

Antes y durante el partido, afuera del estadio las fuerzas antidisturbios reprimieron a los manifestantes que se oponían a que se jugara en medio de la crisis social con gases lacrimógenos, balas de goma y vehículos blindados.



En Cali, que concentraba buena parte de la atención por la fuerte represión de días pasados, una columna que salió desde Potada al mar llegó al Hospital Universitario del Valle, y otro grupo despidió a la minga indígena, que hoy dejó la ciudad, en Puerto Resistencia.

Estuvieron ahí el titular de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux; representantes de Derechos Humanos de la ONU, la Procuraduría, la Defensoría, Mapp-OEA y la Misión de Verificación de la ONU acompañando y facilitando la salida de la minga de la capital vallecaucana.

En Bogotá se multiplicaron puntos de protestas y bloqueos hasta llegar casi al centenar. Obviamente no funcionó el sistema de transporte TransMilenio, y los taxistas se sumaron a las protestas, en tanto la concentración principal se daba en la céntrica Plaza Bolívar. Por la noche, un festival cerró la jornada en los alrededores el Monumento a los Héroes.

“Presente, presente, fuera el presidente”, era una de las consignas más cantadas. “El paro es para exigirle al Gobierno nacional la negociación del pliego de emergencia que le radicamos en junio del año 2020 y garantías para la protesta social”, dijo el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés.

En Medellín, en tanto, lo desarrolló la performance “El arte resiste” en alusión a los pueblos del país, en una concentración que se realizó en el Parque de Los Deseos de la capital antioqueña, mientras la Personería de la ciudad instaló en el Parque de las Luces un puesto de recepción de denuncias o quejas de vulneraciones de derechos.

En Pereira, donde la semana pasada un grupo de hombres aún no identificados disparó ocho balazos a Lucas Villa, el joven estudiante que finalmente falleció ayer, cientos de personas se manifestaron desde temprano en el Parque Olaya Herrera, al lado de la gobernación del departamento.

Abundaron banderas con la leyenda “Lucas vive” y se realizó el “Concierto por la Vida y la Resistencia”.

Otro tanto ocurría en Bucaramanga, con epicentro en la plaza Luis Carlos Galán, a unas cuadras de la gobernación de Santander, mientras en Cartagena ese bloqueó la ruta que lleva al aeropuerto y hubo una movilización hacia la Plaza de la Paz. El alcalde William Dau Chamat acompañó parte de la caminata.

Se estima que unas 15.000 personas protestaron en Neiva, donde la alcaldía prohibió que marchen menores y el uso de capuchas, y hubo manifestaciones de relevancia Pasto, en la Plaza de Nariño, en Riohacha, en Ocaña y en Villavicencio.

En busca de reivindicar su llamado a negociar, Duque se reunió en Bogotá con un grupo de jóvenes, para analizar políticas para el sector y, más tarde, en Twitter, pidió "rechazar la violencia" y "no caer en estigmatizaciones".

"Es igual de injusto señalar de vándalo o criminal a quien protesta pacíficamente, como lo es generalizar el comportamiento de los miembros de la Fuerza Pública. Eso no procede", expresó.

Las protestas comenzaron el martes 27 de abril contra un proyecto del Ejecutivo de reforma tributaria, iniciativa que el gobierno después retiró del Congreso, pero la fuerza de las movilizaciones y la represión de las fuerzas de seguridad y, sobre todo, del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), derivó en el endurecimiento de las movilizaciones y la ampliación del pliego de demandas.