Allí donde había dorados y sábalos, mojarras y alguna palometa molesta, ahora no hay nada. O para ser precisos, queda la arena seca del fondo del Paraná viejo y sobre ella colocaron mesas de camping para los que aún pueden llegar a las islas frente a Rosario sin quedar varados por la bajante extrema del río y sus afluentes.

Este jueves el Paraná en Rosario amaneció con una altura de -0,49 metros, el registro más bajo desde hace más de 50 años. Sin embargo, la nueva medición de Prefectura al mediodía arrojó una recuperación de 40 centímetros que de todas formas deja el nivel por debajo del metro cero.

El piso de -0,49 en enero, lejísimo de los casi tres metros de febrero de 2021 (Prefectura).

Un equipo de El Tres más el drone desde el aire registraron cómo impacta esa bajante en la zona del Paraná viejo, frente a la ciudad. En la zona del Pimpollal el cauce se retiró y lo que eran dos costas de distintas islas ahora un camino continuo que se cruza a pie.

Incluso los animales bajan de los campos al viejo cauce del Paraná viejo hacia los charcos que quedan y que usan para beber agua y refrescarse. 

Pablo, un isleño que vive en esa zona, afirmó que ya tienen problemas para conseguir agua para su consumo diario y pidieron permiso para hacer algún tipo de dragado o zanja para alimentar el cauce y no quedar varados. Sobre el brazo del Charigüe además está la escuela para los chicos de la zona.

Con otro poder adquisitivo y en otras condiciones, también padecen la situación los dueños de casas de fin de semana sobre las costas del Paraná Viejo.

La escena se suma a las últimas muestras de un fenómeno extremo: con lagunas secas, rescates dramáticos de tortugas, peces muertos y embarcaciones que flotan sobre lo que eran arroyos caudalosos y ahora parece un basural.

Si bien especialitas advierten que se trata de un ciclo de sequía que pasará y los niveles de agua se repondrán, otros estudios hablan de un impacto del cambio climático que podría agravarse e ir de bajantes a inundaciones. Lo cierto es que, como el himno de Jorge Fandermole "Oración del Remanso", dan ganas de pedirle al "Cristo de las redes, no nos abandones".