Una joven de 24 años y su madre de 39 fueron asesinadas este lunes a balazos en la localidad misionera de San Antonio, a unos 260 kilómetros al norte de Posadas, sobre los límites con Brasil, y por el caso es buscado un hombre que tenía una relación con una de las víctimas, informaron fuentes policiales.

La autopsia a la docente Gabriela Agüero (39) reveló que murió por un disparo en el cuello (lado derecho), en tanto su hija, Débora Elizalde (24), sufrió "un impacto de bala en el hombro izquierdo". A raíz de las heridas ambas sufrieron "shock hipovolémico y paro cardiorrespiratorio". 

Hasta anoche la policía de Misiones continuaba desplegando un enorme dispositivo de búsqueda del acusado en toda la zona. Además, se alertó a las fuerzas federales la posibilidad que intente seguir huyendo y cruce la frontera. Se pidió colaboración a las policías Militar de Brasil y Nacional de Paraguay. Desde la Justicia se pidió a Interpol la captura nacional e internacional del individuo.

El hecho tuvo como testigo clave a Alejandro Elizalde (20), hermano e hijo de las víctimas quien, según contaron las fuentes, explicó que todo ocurrió cuando él, su hermana y su madre llegaron a su casa a bordo de un vehículo Volkswagen Gol Trend color rojo conducido por un hombre a quien conoce como "Pauliño", domiciliado en inmediaciones a la chacra de Valentín Fonseca, sita en Paraje Central esta localidad.

El joven que presenció toda la secuencia mortal, forcejeó y logró sacarle un revólver calibre 38 que aún tenía tres balas. No obstante, el comerciante huyó y poco después abandonó su camioneta en una chacra de su propiedad. Dentro del vehículo y en la rueda delantera izquierda se hallaron manchas de sangre, lo que refleja que los impactos fueron a quemarropa y con un calibre alto.

Sobre el acusado pesaba una restricción de acercamiento hacia la joven, emitida en diciembre pasado. Un dato no menor es que los investifadores se toparon con un hallazgo perturbador en la casa del asesino: en un ropero permanecían pegadas numerosas fotografías de Débora, en una de las cuales estaba empuñando un arma de fuego que se cree es la misma con la que le quitó la vida, según publicó Primera Edición.