El hombre que fue asesinado este jueves en medio de una balacera en barrio Ludueña era empleado de mantenimiento en el Colegio San José. Se llamaba David Joel Paredes y tenía 40 años. Desde la institución anunciaron duelo para este sábado y mostraron su dolor la muerte del trabajador, que al momento de ser alcanzado por las balas había ido a buscar a una de sus hijas a un cumpleaños.

“Rezamos por el eterno descanso de nuestro querido compañero, y rogamos a nuestra Madre Auxiliadora que consuele a su familia en este trágico momento e interceda por nuestra sociedad para que cese esta violencia irracional, y haya justicia y paz”, fue el pedido de la institución de Presidente Roca al 100.

Paredes era oriundo de Las Toscas, tenía tres hijas y los amigos le decían Pantera. En el Facebook del Colegio San José, donde se desempeñaba en tareas de maestranza y mantenimiento, lo despidieron con dolor. “Gracias por tu vida de servicio. Tu familia del San José te va a extrañar”.

Otro mensaje de Facebook, que le dedicó una amiga, acompañado de una foto de Paredes en un kayak, dice: “El río hoy está de luto por tu partida. Qué ser generoso se fuiste. Me queda el consuelo de saber que en cada momento hiciste lo mejor por todos los que tenías alrededor, sobre todo por esa hermosa familia que te iluminaba los ojos y a la que cuidaste con tanto amor, por tus amigos que acompañaste en los desafíos”.

David con una de sus hijas (Facebook David Paredes)

Paredes fue la nueva víctima involuntaria de un sector del noroeste que se encuentra convulsionado por la violencia territorial. Los vecinos de Felipe More al 600 bis escucharon una ráfaga de disparos y al salir a la calle, se encontraron con el hombre caído sobre su moto con sangre en la cabeza.

A metros de ese lugar, con una mecánica similar, habían asesinado la noche anterior a Joel Bulnette, un hombre de 31 años que vivía cerca de allí. Un crimen que, según investigadores, se enmarcó en una disputa por drogas que tiene en vilo a la zona.

Un día después, el ataque que se cobró la vida de Paredes dejó, además, a otras dos personas heridas: un joven de 22 años y otro de 29, cuyas heridas no revestían gravedad. En el ataque se utilizaron tres pistolas, calibres 9, 40 y 11.25 y quedaron desperdigadas a lo largo de la cuadra al menos 14 vainas servidas.