Este domingo comenzó una histórica "peregrinación penitencial" liderada por el papa Francisco en Canadá. El principal objetivo de su viaje es pedir perdón a los indígenas sobrevivientes de abusos cometidos en escuelas residenciales dirigidas por la Iglesia Católica.

El pontífice aterrizó en el aeropuerto internacional de Edmonton, oeste de Canadá, en la primera de las tres etapas de su viaje. Debido a sus problemas de rodilla, el Papa bajó el avión en un ascensor y no por las escalerillas y en silla de ruedas se dirigió a uno de los hangares del aeropuerto. Allí fue recibido por el primer ministro Justin Trudeau y por la inuit Mary Simon, representante de la reina Isabel II.

El viaje continuará en Quebec e Iqaluit, la capital del territorio de Nunavut, ciudad del norte del país, sobre el archipiélago ártico, antes de emprender el retorno el viernes al Vaticano.

Vengo entre ustedes para reunirme con los pueblos autóctonos. Espero que, con la gracia de Dios, mi peregrinación penitencial pueda contribuir al camino de reconciliación ya iniciado. Por favor, acompáñenme con la oración”, escribió en su red social antes de aterrizar en Canadá. 

En el avión insistió ante los periodistas acerca del carácter penitencial de su visita, consagrada principalmente a las poblaciones amerindias autóctonas que hoy representan el 5% de los habitantes de Canadá y que se identifican en tres grupos: Primeras Naciones, Metis e Inuit.

Estos últimos, fueron sometidos durante décadas a una política de asimilación forzada, fundamentalmente a través de un sistema de pensionados para niños, subvencionados por el Estado pero administrados en su gran mayoría por la Iglesia.

Alrededor de 150.000 niños autóctonos se matricularon desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990 en 139 escuelas residenciales, donde pasaron meses o años aislados de sus familias, su idioma y su cultura. Muchos de ellos fueron abusados física y sexualmente por directores y maestros y hasta 6000 murieron por enfermedad, desnutrición o negligencia.

Canadá está abriendo paulatinamente los ojos a este pasado calificado como “genocidio cultural” por una comisión nacional de investigación. ”Esta visita histórica es una parte importante del recorrido de sanación”, pero “queda mucho por hacer”, dijo el jueves George Arcand Jr., Gran Jefe de la Confederación de las Primeras Naciones del Tratado 6, en Edmonton.

El lunes por la mañana en Maskwacis, provincia de Alberta, unos 100 kilómetros al sur de Edmonton, a Francisco lo esperarán unas 15.000 personas. Alberta fue la provincia con mayor número de internados. Mientras que por la tarde, el papa tiene previsto pronunciar un segundo discurso en la Iglesia del Sagrado Corazón de los Primeros Pueblos de Edmonton.

En tanto, el martes celebrará una misa en un estadio de Edmonton donde se esperan unas 65.000 personas antes de dirigirse al lago Sainte-Anne, sitio de una importante peregrinación anual, donde se reunirá con antiguos alumnos de la escuela residencial, antes de volver a Roma.

En total Francisco pronunciará cuatro discursos y cuatro homilías, todos en español. Él es el segundo Papa en visitar Canadá, después de Juan Pablo II. Este es el viaje más largo que realizó desde 2019 con más de 10 horas de vuelo.