El humo blanco comenzó a invadir los palieres desde el cuarto piso a eso de las 13.30 de este sábado en el edificio de Laprida 972, y fue una familia la primera en detectar el asunto al abrir la puerta de su departamento y percibir su toxicidad. Ellos dieron aviso al resto de los vecinos, y llamaron a los Bomberos Zapadores para neutralizarlo.

Madre, padre e hijo, que prefirieron no dar nombres, relataron a Rosario3 el mal momento que vivieron, a partir de que un vecino del cuarto piso encendió un fumígeno de marca Bolatte, cuya venta libre es prohibida. Residen en el mismo edificio que el 3 de febrero de 2016 fue noticia por un incendio intencional en su cochera, cuya pericia posterior determinó que la persona que inició el fuego usó una sustancia “altamente inflamable”.

Ellos mismos recordaron aquel episodio cuando un vecino se acercó para ver si necesitaban algo, quien luego les dijo “ya me asusté que otra vez sea un incendio”. Los tres miembros de esa familia, rodeados de efectivos policiales y a unos metros del ingreso de su edificio, una hora después del hecho, aún tenían los ojos irritados, que se tapaban con toallas, y tomaban agua para bajar el ardor que poco antes no los dejaba respirar.

La madre recordó: “Él llamó al administrador y yo llamé a los bomberos como pude porque tosía mucho. Empecé a sentir la boca seca y la cara roja, y entendí que no era solo el susto. Esto es mortal, nos podría haber matado a todos”.

Entonces relató en el orden de los hechos, el momento en que sintieron el humo: “Cuando salgo al pasillo, veo el humo blanco, y como escuché a una vecina en el cuarto piso (nosotros vivimos abajo), subí y entendí que venía de ese piso. Ya en seguida me costó respirar y entendí que era algo químico, así que le dije que saliera de allí”.

La mujer volvió y dio aviso a su familia, y comenzaron a tapar las puertas del living y cocina con trapos de piso húmedos. “Cerramos el aire-luz, el otro balcón de atrás, y nos fuimos al balcón para respirar. Ahí fue que llamé a los bomberos, y ellos dieron aviso a la policía”.

Pero el vecino que prendió el fumígeno cerró su casa con llave y se fue. Entonces, al arribo de los efectivos, sumado a la densidad del humo blanco, no pudieron ingresar para apagarlo. La familia dio el aviso a todos los vecinos (algunos prefirieron ir al balcón como ellos y otros evacuaron), y el vecino del cuarto volvió rápidamente, y abrió con llave al momento del arribo de los Zapadores.

Fue así que los bomberos subieron con máscaras y la lata seguía prendida, por lo que la apagaron y la sacaron del edificio. “Pero esto tiene efecto residual. Tendremos que hablar con el administrador, que se limpie todo el palier”, destacó la mujer.

Fue entonces que su pareja, entre tragos de agua, explicó que este químico es para usar en los silos vacíos en el campo para evitar las ratas. Lo encienden, lo encierran y se van porque es tóxico. Yo creí que me moría, salí con una toalla para respirar”.

El hijo recordó por su parte que apenas abrieron su puerta entendieron que era un producto químico porque el humo en los palieres era blanco, no uno negro de incendio. “A mí se me irritaron solo los ojos. Mis padres, cuando salieron al palier y buscaron evacuar, se dieron cuenta de que era algo químico porque les ardían las vías respiratorias y los ojos”.

Consultados sobre cómo seguirán la jornada, debido al producto residual del Bolatte, el padre detalló: “Limpiaremos con algún detergente. El humo masivo ya se fue, pero hay que ver si conviene dormir acá”.

Un efectivo de policía que fue parte del operativo y buscó sin éxito ingresar al cuarto piso recordó: “Cuando entramos, automáticamente se nos cerró la garganta, entonces después entraron los bomberos zapadores con sus máscaras para apagar el humo”.

Consultado sobre el operativo, que durante un rato mantuvo el tránsito por Laprida cortado, relató: “Sucedió a eso de las 13.30, y por precaución, evacuamos a todos por dos horas. El vecino encendió en el cuarto piso, y el humo llegó hasta el sexto”.