“Le rompí toda la jeta”. Según una testigo clave, así celebró, en la madrugada del 18 de enero de 2020, uno de los ocho rugbiers que son juzgados por el crimen de Fernando Báez Sosa luego de la golpiza letal a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell.

Quien lo contó, y como otros testigos identificó a Maximo Thomsen –lo describió como “sacado” y “fuera de sí”– la testigo Andrea Fabiana Ranno, que este viernes declaró en el juicio que se lleva adelante a Dolores.

Ranno, empleada del Hotel “Inti Huasi”, según consta en el expediente, aquella madrugada trágica “avistó la fuga de los acusados y dio aviso a personal policial”.  

En su testimonio, la mujer Ranno afirmó que entre 4.45 y 5 AM del 18 de enero de 2020, la hora en que habitualmente saca la basura del hotel, escuchó un murmullo y miró hacia la Avenida 3.

“Ahí vi un grupo de gente que estaba contra las rejas del súper. Pensé que estaban borrachos y que querían romper un vidrio, algo que pasa habitualmente en enero en Gesell. Volví a trabajar y a los segundos escuché pasos muy fuertes, llamativamente fuertes, en la arena. Me volví a asomar y vi un chico que venía casi trotando. De atrás lo seguían como ocho y diez chicos. Lo primero que pensé fue que los de atrás eran una patota que perseguían a los de adelante para dársela”, recordó.

“Ellos no me vieron pero yo a ellos sí. Y los escuché: venían riendo, festejando”, dijo.