Este miércoles la Fiscalía expone su alegato de clausura del caso Orellano. De esta forma avanza en el Centro de Justicia Penal, el juicio por la muerte de “Bocacha”, el joven de 23 años que en febrero del 2020 fue a bailar al boliche Ming River y apareció sin vida en el Paraná. Afuera, la familia de la víctima dispuso un escenario con una pantalla para poder seguir de cerca lo que ocurre en el edificio. Se espera que el veredicto se dicte el próximo viernes.

El juicio comenzó el pasado 12 de abril. La investigación sobre el crimen de Carlos “Bocacha” avanzó con varias audiencias durante estos tres años y finalmente, el fiscal de Homicidios Dolosos Patricio Saldutti definió llevar a juicio a los policías Karina Gómez y Gabriel Nicolossi y los empleados de seguridad privada Emiliano López y Fabián Maidana. Todos trabajaron en el boliche la noche en la que el joven desapareció.

En declaraciones a De boca en boca (Radio 2), Edgardo, el papá de “Bocacha”, señaló desde la puerta del centro judicial de Mitre al 2800: “Después de haber visto todas las pruebas, yo les daría perpetua”, dijo sobre la condena que espera para los acusados. Luego, remarcó: “Hay muchas pruebas, para mí los jueces les tienen que dar muchos años, pero no sé qué decidirán”.

El recuerdo amoroso de la familia y los amigos de Orellano.

“No sé cuántos padres habrán visto a sus hijos cortados en pedacitos para que les hagan una autopsia y ver los machucones que tenía, tenía el pulmón reventado, golpes en la cabeza, el cuello, la nuca atrás de las rodillas. Le pegaron hasta abajo de a lengua, cayó inconsciente y se ahogó cuando respiró”, sostuvo.

Según su papá, Carlos “era excelente nadador” y agregó: “No se ahoga cuando cae en el agua una persona que sabe nadar, con solo flotar salía, si cayó al lado de una escalera, pero tenia golpes por todos lados”, aseguró.

Los acusados enfrentan penas de entre 17 y 23 años por ser considerados como coautores de homicidio simple con dolo eventual. En el caso de los policías que hacían adicionales se les suma el incumplimiento de su deber como funcionarios públicos.

En las distintas audiencias de la investigación, Saldutti ya expuso su teoría sobre lo que ocurrió. Sobre la base de indicios y testimonios, sostuvo que los policías y los patovicas golpearon a “Bocacha” en la madrugada del 24 de febrero de 2020 al sacarlo del boliche. Luego, lo arrinconaron contra una baranda y en ese marco provocaron que Orellano saltara al río, donde finalmente murió. Según pericias, cayó al agua entre las 4.30 y las 5 de ese día, y el cuerpo fue hallado cerca de allí dos días después, el 26 de febrero.

Según el fiscal, los policías presenciaron la caída de “Bocacha” al río y dieron aviso a la central del 911 y a Prefectura varios minutos después del hecho, aproximadamente media hora. En ningún momento se comunicaron con el Ministerio Público de la Acusación.

Además, Nicolossi y Gómez se fueron de La Fluvial sin haber documentado su actuación, por lo que Prefectura no contó con la información necesaria para una búsqueda eficaz del joven. Y, de acuerdo a la imputación, después brindaron declaraciones falsas al señalar que Orellano se había caído accidentalmente luego de haberse acostado entre el río y las barandas de seguridad.

“La parte querellante que representa a la familia Orellano acompaña la teoría del caso, pero formula un pedido de montos mayores”, indicó este miércoles Saldutti. Eso es porque los abogados querellantes solicitaron 23 años de cárcel para la pareja de policías y 20 años para los patovicas.