En medio de un clima de conmoción, familiares de las víctimas de la masacre en Río de Janeiro encabezaron una multitudinaria protesta en las inmediaciones de la favela Penha, el mismo lugar donde, el miércoles, fueron hallados los cuerpos tras la sangrienta guerra narco contra el Comando Vermelho.
Las columnas de vecinos avanzaron entre velas, carteles y cánticos pidiendo justicia, mientras exigían la renuncia del gobernador Cláudio Castro, señalado como responsable político de la represión más violenta de la historia reciente de Brasil.
Los enfrentamientos entre la policía y el clan narco dejaron un saldo de al menos 130 muertos, según los reportes oficiales más recientes.
La denominada Operación Contención fue el operativo policial más sangriento en la historia del país. El plan consistía en infiltrar las comunidades y cerrar los accesos con agentes del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), con el objetivo de impedir la fuga de los sospechosos a través del bosque circundante, conocido como Mata da Pedreira.
✊�� CHEGA DE MASSACRE NO RIO! Organizações e ativistas dos Complexos da Penha e do Alemão se unem a familiares das vítimas da megaoperação que deixou mais de 120 mortos. Eles pedem justiça e o fim da violência contra o povo negro de favela. pic.twitter.com/XvqXFyEzbA
— PortalVIU! (@Portal_VIU) October 31, 2025
Sin embargo, el procedimiento escaló de manera descontrolada y terminó en una serie de enfrentamientos letales, con denuncias de torturas y ejecuciones sumarias. De acuerdo con testigos, los hechos más violentos se registraron precisamente en el área boscosa, donde los sobrevivientes aseguran haber visto a la policía actuar con extrema brutalidad.
Vecinos y organizaciones sociales denunciaron que varios cuerpos presentaban signos de tortura, lo que reforzó las sospechas de que no se trató de un enfrentamiento, sino de una operación de exterminio.
Diversos organismos de derechos humanos, entre ellos Amnistía Internacional y la Red de Observatorios de Seguridad, exigieron una investigación independiente y cuestionaron la política de seguridad impulsada por el gobierno de Castro.
Desde esas entidades advierten que la represión en las favelas se profundizó en los últimos años bajo la lógica del enfrentamiento armado, sin atacar las causas sociales que sostienen el poder del narcotráfico.
Pese a las críticas, el gobernador Cláudio Castro, alineado con el bolsonarismo, defendió el operativo y lo calificó como “necesario para frenar el avance del narcotráfico”.



