El banquero Jorge Brito falleció este viernes luego de un accidente con su helicóptero en la provincia de Salta. El empresario era el titular del grupo Macro, uno de los principales holdings financieros del país de capitales nacionales y con negocios diversificados en el agro, la ganadería, el real state y la energía.

El accidente ocurrió por la zona del embalse Cabra Corral, 70 kilómetros al sur de la ciudad de Salta y cerca del Parque Nacional los Cardones, en el centro de la provincia del norte.

Brito había dejando la capital provincial poco después del mediodía tras haber mantenido una reunión y almuerzo con el gobernador Gustavo Sáenz. Según las primeras versiones, el helicóptero se habría enganchado con un cable de metal que sería usado para una tirolesa, ya que esa es una zona de turismo aventura. Brito, junto con el piloto, habrían muerto ahogados al caer el helicóptero en uno de los arroyos de la zona. 

Nacido en 1952 en la ciudad de Buenos Aires, formó una familia con Marcela Carballo y junto a ella tuvieron seis hijos: Milagros, Jorge, Marcos, Constanza, Santiago y Mateo.

Brito fundó el banco Macro en los 80 sobre la base de una financiera porteña armada por un grupo de dirigentes radicales de la época. Su primer gran salto ocurrió en los 90, cuando en plena ola privatizadora del menemismo, empezó a quedarse con bancos públicos de las provincias del norte haciéndose fuerte en el negocio de convertirse en agente financiero de las provincias. Por eso crecimiento se ganó el mote de un banquero del menemismo.

Su segundo salto fue tras la crisis de 2002 cuando, al contrario del resto de los bancos que cerraban y se achicaban, salió a comprar entidades en problemas. Por ejemplo, en Santa Fe adquirió los bancos Bisel y Suquía, de mucha importancia en la ciudad. Al esta bien apalancado en el interior, que tuvo una fuerte recuperación post 2002 con la soja como abanderada, su holding financiero fue el de los más sólidos crecimiento. Por esa expansión se ganó luego el mote de un banquero del kirchnerismo.

Por ese liderazgo, y porque el corralito había dejado muy golpeados a los bancos nacionales más importantes como el Galicia, Brito ocupó entre 2003 y 2016 la presidencia de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA) y a su vez condujo la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) entre 2012 y 2014.

Si bien tuvo una afilada relación con Néstor Kirchner, durante los gobiernos de Cristina Fernández la situación se tensó. Incluso, fue señalado por funcionarios de ese entonces como uno de los propulsores de la corrida cambiaria de 2012. Durante el gobierno de Mauricio Macri bajó el perfil y buscó salir de la escena, pero nunca apoyó el rumbo y confesó sentirse "perseguido judicialmente" por la administración de Cambiemos.

Brito saludó, entonces, la llegada del gobierno de Alberto Fernández y resaltaba su rumbo justicialista y no cristinista para la conducción económica del país. Pero su última aparicion pública fue para fustigar el impuesto a las grandes riquezas que avanza en el Congreso y que promueve el gobierno de los Fernández.

Desde su presidencia en ADEBA, Brito formaba parte del Grupo de los 6, que reúne a las principales empresas del país y está compuesto por la asociación de bancos, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio, la Cámara Argentina de la Construcción, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina.

Además de Banco Macro, el empresario tenía negocios inmobiliarios con la empresa Vizora y negocios agropecuarios con Inversora Juramento S.A., Frigorífico Bermejo y Cabaña Juramento. También era accionista en Genneia S.A., una compañía líder del sector energético.