Hace tiempo que preocupa la Petroquímica Bermúdez, la ex Electroclor, ahora en escena por la causa contra el ex jefe de los fiscales de Rosario, Patricio Serjal, acusado de proteger a su último dueño, Sergio Tasselli en una investigación sobre contaminación. La fábrica fue calificada como una “bomba ambiental” por la propia Fiscalía y desde la ONG Taller Ecologista, reiteraron sobre el peligro que supone para toda forma de vida.

“La peligrosidad es grande pero no se puede mensurar", observó Florencia Sívori, abogada de Taller Ecologista, en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2).

Se sospecha que en el suelo hay amianto que puede ser distribuido por el viento o la lluvia. Y lo que es peor, no se sabe el estado de 150 tubos de gas de cloro que quedaron de mil que había. Tampoco se sabe qué fueron de esos 850 que desaparecieron, según el acta 197 del Ministerio de Medio Ambiente que consta en la causa, a la que accedió el diario La Nación.

"No se sabe cómo sacaron las sustancias de adentro ni adónde fueron a parar. La realidad establece procedimientos por la peligrosidad del transporte de estos elementos que no se cumplieron", dijo Sívori.

Detrás de la “bomba ambiental” hay otra bomba que ya explotó pero cuyo daño aún no termina de verse: la detención de Serjal y la protección que, se sospecha, vendía a distintos empresarios, entre ellos Tasselli, implicado a su vez en la famosa causa de los cuadernos de la corrupción.