¿Las redes sociales influyen en lo que pensás y sentís de tu cuerpo?, ¿cómo te sentís cuando ves en redes sociales a personas con cuerpos similares al tuyo haciendo o usando cosas que te gustan?, la percepción que tenés sobre tu cuerpo ¿determina tus hábitos del día a día?, ¿estás esperando cambiar tu cuerpo para animarte o permitirte hacer cosas que deseás?, ¿seguís en redes sociales perfiles o creadores de contenido que publican sobre “dietas” para modificar el cuerpo?, ¿sentís que tenés que "hacer más ejercicio" si comiste "mucho" o comiste "mal"?
Estas son algunas de las preguntas de la encuesta nacional denominada Cómo vivimos nuestros cuerpos en Argentina, sobre alimentación, ejercicio físico y redes sociales (Hacé la encuesta acá: https://forms.gle/xwv3tc3CQnwmBqHj8) que este año lanzó Anybody, una organización civil y activista por la diversidad corporal, que trabaja en el país desde 2011, más conocida por impulsar la Ley de Talles (Ley 27.521. “Este año la encuesta nacional es sobre cómo vivimos nuestros cuerpos, que se desprende de muchos años de investigar sobre la dificultad de no encontrar tallas en el país y cómo afecta a la autopercepción corporal, a la salud integral, a la construcción de un cuerpo determinado y cómo esto ha marcado la historia de todas las personas, particularmente, de las mujeres. Esto ha detonado en respuestas sobre dietas, cuestionamiento y malestar corporal que nos dio la base para pensar la nueva encuesta”, explicó a Rosario3 la presidenta de la organización Mercedes Estruch.
De esta forma la encuesta, que se realizará hasta fines de noviembre y cuyos resultados estarán listos en el inicio de 2026, nació de la información recogida de trabajos anteriores. “Después de los resultados de la última encuesta que realizamos el año pasado sobre la primera dieta, sobre lo qué hacés cuándo no encontrás ropa en tu talle y cómo te sentís, obtuvimos datos alarmantes, y por eso decidimos profundizar”, advirtió la socióloga activista gorda, de la diversidad corporal y transfeminista.
Un solo cuerpo pero que cueste esfuerzo
La última encuesta les reveló la consolidación de un modelo único del cuerpo que afecta directamente cómo la personas se sienten con su propia corporalidad. “Si hay una sola forma de existir es imposible que no nos sintamos mal al respecto y vivimos una sociedad que no solo reproduce un modelo único de cuerpo, sino que celebra y jerarquiza a las personas por cuánto se acercan a ese modelo único de cuerpo y de belleza”, señaló.
“Entonces –continuó– es un valor social responder a los estereotipos de cuerpo y de belleza y se fomenta que no importa cuánto esfuerzo o sufrimiento haya detrás de eso para alcanzarlo, sino que hasta incluso se celebra y glorifica”.
La exaltación de alcanzar las formas de un otro con mucho esfuerzo y dedicación, actualmente, “se cruza con el salutismo que tiene que ver con esto de la obligación de ser todos saludables –indicó y profundizó– que en principio no está mal, pero cuando se vuelve una obligación y una demarcación social de buenos y malos ciudadanos, se termina jerarquizando a las personas por cuánto logran alcanzar los estándares de salud del momento”.
En ese sentido, la socióloga cuestionó: “¿Desde cuándo las personas merecen más o menos respeto según el grado de salud que tienen? Creo que nunca los valores sociales fueron desde ahí, y se pone raro cuando de repente las personas empezamos a tener que cumplir con estándares de belleza, de cuerpo y ahora se le suma la salud para tener un valor social, un respeto social, y acceso a derechos básicos”.
La encuesta indaga sobre la realización de tratamientos y dietas. “Con las redes sociales y el salutismo muy en boga, se ha convertido en una obligación el tener una vida estructurada en la que se persiga individualmente la salud. Claro que es bueno que seamos saludables, pero cuando indagás sobre qué es la salud, hay ciertas definiciones con las que nosotras nos sentimos más alineadas que tienen que ver con que la salud no es solo física, sino que es integral y también es social”, manifestó.
Quienes integran Anybody creen que la salud social y colectiva se logra generando condiciones de vida amables, equitativas, dignas y justas para todos. Pero, saben que eso no sucede en la mayoría de los lugares del mundo. “Entonces, que recaiga toda la responsabilidad de la salud en los individuos es de mínimo injusto”, lanzó Estruch. “Y que creamos–agregó– que esto de que con hábitos rigurosos vamos a lograr la salud, es un un engaño más de este sistema que muchas veces nos lleva a pensar que todo está en nuestro esfuerzo individual”.
Meritocracia
Para la socióloga, la idea de que una vida digna requiere el cumplimiento de ciertos estándares se enmarca en la meritocracia. “La forma de gestionar vidas termina en la voluntad y el esfuerzo individual”, remarcó y añadió al respecto: “No se piensa en construcciones colectivas que hagan que todos vivamos mejor y más en paz con con nosotros mismos y por ende con los otros, porque no termina en una relación con un otro, sino que se generan imaginarios sociales que construyen señalamiento y estigmatización a ciertas personas que no cumplen con estos estándares y terminan excluyendo las personas discriminandolos y generando violencia”.
“Entonces, si vos no lo cumplís no es porque no tenés las características que en el momento son las imperantes, sino que es porque no te forzaste lo suficiente o no compraste suficientes productos y tratamientos”, apuntó.
Replicadoras
La investigación incluye la injerencia de las redes sociales en la solidificación de la idea de un cuerpo único a través de la réplica de estereotipos. ¿Hasta dónde repercute en la instalación de modelos estéticos? Anybody también se lo pregunta y es por eso que incluyó el interrogante en el cuestionario. “Quisimos empezar a preguntar sobre la influencia de estos nuevos medios digitales como son las redes sociales que nos acompañan a todo momento y que siguen reproduciendo estos discursos que existen hace mucho, pero que si antes los veíamos tres veces al día cuando prendíamos la televisión, hoy lo estamos viendo y escuchando con solo prender el celu”, analizó.
Para la profesional, la posibilidad de generar contenido sobre alimentación y cambio físico y hasta dar consejos sin ningún tipo de regulación “se vuelve peligroso sobre todo para las juventudes y adolescencias que en una etapa de crecimiento son mucho más permeables para estos discursos”. Sin embargo, admitió, que “nadie queda exento y que los adultos estamos igual de afectados por las redes sociales”.
Un poco mejor que antes
Más allá del panorama trazado, la especialista admitió que “en los últimos 10 años se puso en conversación que esto es una problemática y se convirtió en un tema de agenda pública”. Aunque este avance no supone una modificación real y palpable en la calidad de vida. “A veces no se ve reflejado en la cotidianidad de las personas, menos en los contextos de crueldad en los que todas las todas las líneas de pensar un mundo más igualitario, menos competitivo, menos dañino con el otro se reducen”, destacó.
“Nosotros creemos en que el camino es la diversidad corporal y que esto es posible en una sociedad más equitativa y justa. Que deje de haber presión social desde un cambio social y político nunca es desde la individualidad. Los movimientos de la diversidad corporal buscamos sensibilizar para poder pensar en sociedades en donde no existan estas presiones y la mayoría de las personas puedan pensar sus vidas por fuera de esas imposiciones y construir otros valores que busquen el bienestar de la mayoría”, concluyó.



