Un cordobés de 50 años residente de Río Tercero se volvió viral porque se pegó un dibujo de un ojo de la película animada "Monsters Inc" para que la aplicación Mi Argentina lo reconociera debido a que es tuerto y en el vacío ocular posee un parche.

La aplicación “Mi Argentina” de la Presidencia de la Nación guarda el perfil digital de cada ciudadano para que puedan gestionar trámites, sacar turnos, acceder a credenciales y recibir información.

Para registrarse, es necesario una validación del rostro, algo que se convirtió en un obstáculo para Pablo Feighelstein (57) quien asegura tener muchos problemas con el Estado por el hecho de ser tuerto. “La sensación es de total desamparo”, se lamentó.

Sucede que la aplicación no reconocía su rosto sin los dos ojos por lo que intentó con lentes y con el parche sobre su ojo izquierdo, pero la app lo rechazaba. Al final resolvió su problema recortando el ojo Mike Wazowsky, de la película “Monsters Inc.”.

"Fui al cajón de casa donde los chicos guardan sus revistas y recorté el ojo de una caricatura de una revista. Lo pegué encima del parche y, cuando puse la cara en la cámara para tomarme la foto, recién ahí la aplicación me reconoció la cara y me permitió registrarme”, contó Feighelstein en diálogo con el diario Los Andes. 

Además, el hombre reflexionó: “Esto es una muestra de lo mal y sensibles que estamos como país, pero también de esa sensación de total desamparo en que estamos frente al Estado. No lo hice como una travesura ni para sentirme más vivo que nadie, lo hice porque no me quedó otra. Si no, no tenía cómo sacar el permiso”.

“Es muy poco fiable el sistema de reconocimiento facial y la aplicación en general. Lo que da más bronca es todo lo que se gasta el Estado en esta herramienta y en un país donde a un perro no lo dejan entrar porque no tiene todas las vacunas, pero entran 19 iraníes sin registrarse o uno puede pegar una foto en una app para registrarse”, agregó indignado.

Y cerró: “Lo que me pasó ahora con ‘Mi Argentina’ es triste, pero no es la primera vez en que siento que el Estado me impide o restringe algo porque no tengo un ojo. En mi caso, es una batalla que se ha dado siempre y por distintos motivos”.