Este jueves, Pablo Montenegro abrió Punto Medio (Radio 2 ) con la consigna “volver a empezar” que consistió en conocer historias de los oyentes donde la vida los haya puesto a prueba. En ese contexto se recordó la historía de Benjamín Viñale, quien en 2019 tenía ocho años cuando haciendo un precalentamiento antes de jugar en el club Pablo VI de Rosario, una bala perdida le perforó la cabeza.

Al llegar al Hospital Vilela, el panorama era desolador: los médicos consideraban que el niño podría vivir seis horas, pero hicieron todo lo que estuvo a su alcance para revertir esa situación y el sexto día de internación, Benjamín despertó.

El caso conmovió a la ciudad. Los clubes se unieron en reclamo de Justicia y ciento de personas acudió al Hospital para brindar apoyo a la familia de Benja. Su papá Javier era quien informaba a los medios de la salud de su hijo y una frase de él quedó plasmada en la memoria de mucho. En momentos críticos, Javier Viñale dijo: “De acá me lo llevo caminando y sin secuelas”.

“Yo tenía una fe tremenda, la gente me sigue diciendo que cuando decía eso – haciendo mención a la frase- ellos creían que era porque estaba en shock o porque no tomaba la dimensión real del caso, pero yo en realidad tenía fe”, mencionó el hombre.

Benjamín tiene hoy 12 años, está en séptimo grado y planea irse a Córdoba con sus compañeros de escuela. El próximo mes de agosto se cumplen 4 del suceso y según Javier “cada vez está mejor”. Incluso, “hace poco le hicieron un estudio del sueño y salió todo perfecto”.

Pero antes de que las cosas estén en calma hubo momentos difíciles. “Costó dos años seguidos porque se lo tuvo que operar, tiene una placa de titanio en la cabeza y no se puede subir a peloteros o jugar al fútbol, íbamos a cumpleaños y él lloraba porque no podía jugar”, recordó Viñale.

Benjamín no tiene el alta médica definitiva y por eso a pesar del tiempo sigue sin poder hacer lo que más le gusta: jugar a la pelota en su club. Por el momento se las arregla con los amigos, pero siempre con cuidados.

Respecto a lo que significó el hecho, Javier fue directo: “A mí me cambió la vida. Después de esto conocimos a Dios. Pasamos a ser buenas personas todos los días, ayudar a la gente, bendecir la comida antes de comer. Dios te lleva a eso”. Además, dijo que nunca se preguntó porque Dios le hizo eso a Benja.

También recordó el apoyo de la gente y la emoción que le sigue dando el video del abrazo solidario. Sobre la investigación de la bala perdida, Viñale comentó que él se enfocó en su hijo y dejó lo otro en manos de Dios y la justicia; sin embargo, nunca se supo quién causó semejante daño en la cabeza de un niño. “El proyectil está en el cerebro de Benjamín y por eso dicen que no pueden saber de qué arma salió”, cerró el papá.