Un vecino de la peña El Aserradero, de Montevideo al 1500, arrojó dos botellazos y un ladrillazos contra un grupo de jóvenes que salía del local. Por suerte, tuvo mala puntería. Un hecho similar ocurrido el 27 de octubre de 2016 en el bar La Chamuyera, en Corrientes y Montevideo, casi le cuesta la vida a una joven, que igualmente sufrió duras secuelas por la herida que le causó una botella arrojada desde un edificio que le impactó en la cabeza.

Mario Chiappino, dueño de El Aserradero, dijo en el programa Radípolis de Radio 2 que los proyectiles fueron arrojados cerca de las 4.30 de la mañana desde un edificio que está ubicado enfrente del local de Montevideo y Paraguay.

En ese momento, dijo Chiappino, había unos 20 jóvenes conversando en la calle, después de un show de música latina.

El Aserradero está ubicado en Montevideo 1518. Los fines de semana organizan primero espectáculos de tinte folclórico que terminan a la medianoche. Después llega la música latina, que convoca a un público más joven.

Cuando salían los que habían concurrido al segundo espectáculo se produjo el ataque. “Fue un problema de puntería”, dijo Chiappino, que inmediatamente relacionó el hecho con el de 2016 en La Chamuyera.

“Yo puedo regular lo que pasa adentro, pero cuando los chicos se van y se quedan charlando en la calle ya no lo podemos manejar”, dijo el dueño del local.

“Estamos dispuestos a charlar pero no a soportar episodios de violencia extrema que son muy peligrosos. Si le hubiera pegado a un chico hubiera ido muy delicado”, agregó.