La Policía británica concluyó este domingo que el atacante que mató a cuatro personas e hirió a otras 50 con su auto y un cuchillo en el puente de Westminster, en el corazón de Londres, antes de ser acribillado y fallecer en el acto, actuó solo. Afirmaron que no hay evidencias de nuevos e inminentes ataques planeados, lo que desmiente la declaración de la milicia Estado Islámico (EI).

El coordinador nacional mayor para la Policía del Reino Unido contra el Terrorismo, Neil Basu, informó a la prensa que Khalid Masood, actuó solo y advirtió: "Es posible que nunca podamos entender por qué lo hizo".

Desde el atentado, el miércoles pasado, el objetivo de los detectives del Comando Antiterrorista de la Policía Metropolitana era determinar si Masood pertenecía a alguna célula de un grupo o milicia extremista, nacional o internacional. Principalmente, intentaban confirmar la declaración de la milicia radical EI del jueves pasado, en la que se adjudicaba la autoría del atentado.

Si bien la Policía concluyó que Masood actuó solo, aclaró que continuará investigando para tratar de entender los motivos que lo llevaron a cometer el atentado y si se inspiró o fue influenciado por la propaganda de grupos extremistas publican diariamente en páginas web y en las redes sociales. 

La investigación reveló que Masood utilizó el servicio cifrado de WhatsApp justo antes de subirse al puente de Westminster y atropellar a decenas de personas. Hasta ahora no se conoció el contenido de ese mensaje cifrado.

Utilizando este dato como argumento, el gobierno británico conservador de Theresa May adelantó que obligará a las empresas tecnológicas a que den acceso a los mensajes encriptados como los de WhatsApp y pidió la colaboración de las empresas que dirigen las principales redes sociales y que eliminen los contenidos publicados por grupos extremistas.

Según la ministra del Interior británica, Amber Rudd, los servicios de inteligencia deben tener acceso a la "mensajería cifrada" y las empresas de tecnología no deben permitir que personas sindicadas como miembros de grupos o milicias radicales se oculten bajo esos mensajes. 

Rudd dijo que era "completamente inaceptable" que la Policía y los servicios de seguridad fueran excluidos de este tipo de mensajes y adelantó que se reunirá con las empresas de tecnología esta semana para pedirles que trabajen de forma conjunta.

Pese a que prometió un diálogo con las empresas para persuadirlas, Rudd no descartó la posibilidad de impulsar una nueva ley que obligue a las compañías a cooperar en materia de mensajería cifrada y la publicación de material extremista en internet.

Durante la investigación del atentado del miércoles pasado fueron arrestadas más de 10 personas. El último, un hombre de 30 años, fue detenido este domingo en Birmingham. 

Sólo él y un hombre de 58 años siguen privados de su libertad. La Policía no informó de qué les sospecha ni por qué fueron detenidos. 

En tanto, de los 50 heridos que dejó el atentado, 14 permanecen hospitalizados, entre ellos dos en estado crítico y un tercero con heridas graves, según informó la Policía en su parte diario. 

El autor del atentado de Londres, cuyo nombre de nacimiento era Adrian Russell Ajao, era un ciudadano británico de 52 años, nacido en el condado de Kent en el sureste de Inglaterra. Masood, como se lo conocía, tenía un historial delictivo y antecedentes penales por agresión violenta y posesión de armas.

La Policía dio a conocer en detalle los movimientos de Masood antes del atentado y determinó que el ataque duró 82 segundos.

Comenzó a las 14:40:08 cuando la 4x4 entró por la parte norte del puente de Westminster y arremetió contra decenas de peatones en zig zag, subiéndose y bajándose de la vereda, hasta luego chocar contra el cerco perimetral del Parlamento.

Masood dejó el vehículo e intentó entrar corriendo al Parlamento, pero un policía que patrullaba la zona logró frenarlo. El atacante apuñaló al oficial, Keith Palmer, quien llegó a dispararle y matarlo, antes de fallecer en el lugar, a las 14:41:30.