La mujer que quedó ciega por los golpes que le dio su marido, en el 2011, pidió este martes a las autoridades de la Procuración General bonaerense medidas de protección para ella y sus hijos, ante la inminente salida de su agresor, quien se niega a cumplir con un tratamiento psicológico sobre la temática de violencia de género.

Se trata de Susana Gómez, quien sufrió el desprendimiento de ambas retinas cuando su esposo, Carlos Ariel Goncharuk, golpeó su cabeza repetidas veces contra la pared de la cocina de la casa donde habitaba ella y sus 4 hijos, en la localidad de Lisandro Olmos, partido de La Plata.

La mujer había denunciado al hombre en 13 oportunidades, durante los 9 años de convivencia, y al momento del ataque, el agresor violó una medida de restricción perimetral que le impedía acercarse a ella.

"Cuando empecé a denunciar a este hombre (Goncharuk) yo todavía veía, y ustedes (en alusión al Poder Judicial provincial) no me hicieron caso, y hoy ya no veo", expresó Gómez en su reunión en la Procuración General bonaerense, donde finalmente no fue recibida por su titular Julio Conte Grand, sino por un colaborador, Gustavo Campos.

La mujer exigió medidas de protección para ella y sus hijos, ante el hecho de que en pocos meses recuperará la libertad Goncharuk, y lo hará sin haber cumplido hasta el momento con un tratamiento sobre temática de violencia de género.

"Yo los hago responsables de todo lo que me suceda", advirtió la mujer ciega, quien contó a Télam, que Campos se comprometió a "tomar las medidas necesarias".

En el 2015, la justicia condenó en un juicio oral al hombre a 8 años de prisión y le impuso la obligatoriedad de realizar un tratamiento sobre la temática de violencia de género, que hasta el momento el condenado no ha realizado.

Susana Gómez habló semanas atrás con el juez de Ejecución Penal número 2 de La Plata, José Villafañe, y éste le dijo que "Goncharuk no quiere hacer el tratamiento y no lo puede obligar" e incluso le dijo "prepárese cuando salga (Goncharuk), cuídese".

Gómez trabaja actualmente como telefonista de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, en cumplimiento del cupo de discapacidad, y tiene 4 hijos con su agresor, de entre 13 y 8 años, quienes se han negado a vincularse con su padre