El ex líder piquetero Luis D’Elía cuestionó a la Justicia tras el pedido de prisión en su contra por la toma de una comisaría en 2004, dijo que el “único objetivo es que me muera en la cárcel” y cuestionó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por no llamarlo ni solidarizarse con él.

“La verdad, me duele mucho más que el cinismo y la hipocrecía de los jueces y Mauricio Macri, que armaron este circo, me duele mucho más el silencio y la indiferencia de Cristina, que no levantó el teléfono para preguntarme como estoy”, expresó a través de sus redes sociales.

Sin embargo, dijo mantenerse dentro del espacio kirchnerista: “Sigo apoyando a Cristina, la quiero presidenta en 2019, pero no hay que abandonar a los compañeros”.

“La fiscal me pidió cuatro años y ocho meses de prisión, no por corrupción, no por chorro: no es por eso. Después de trece años (la toma fue en 2004), con todas las imputaciones prescriptas, reflotan el juicio y el único objetivo es que me muera en la cárcel. Estoy operado del corazón, soy diabético y me aplico dos tipos de insulina por día, ¿en una cárcel cuanto puedo durar?”, se preguntó el referente del partido de Miles.

D'Elía acusó al gobierno de Mauricio Macri de querer “hacer creer que los chorros somos nosotros cuando no tenemos ni un peso para pagar internet”. “Es una manera de hacerte desaparecer”, concluyó.

D'Elia dijo que “con el kirchnerismo nace el peronismo del siglo XXI” porque Cristina sacó casi 38 puntos y Randazzo, con el sello del PJ solo 5,  pero cuestionó el nombre de Unidad Ciudadana. “Huele a republicano, huele a derecha, yo quiero lo proletario, no lo propietario; los morochitos, los trabajadores. Tengo derechos a estar con vos Cristina”, dijo.

“Estoy a punto de ir a la cárcel pero eso potencia mis ganas de luchar y resistir”, añadió en su mensaje.

La madrugada del 26 de junio de 2004 D'Elia y un grupo de seguidores entró por la fuerza a la seccional para reclamar el esclarecimiento del crimen del dirigente Martín "El Oso" Cisneros. Fue acusado de impedir salir a ciudadanos que hacían trámites y causar roturas en vidrios, computadoras, mobiliario y la motocicleta de un agente.