La ficción de encontrar al príncipe azul en una red social cada vez se destiñe más. No hay que echarle la culpa a la inseguridad que genera no saber quién está realmente del otro lado, sino que, al parecer, muchas personas eligen relacionarse por el medio virtual como único método para estar conectado socialmente.

¿Estamos frente a una nueva definición de sociedad o hay que tomar algunos recaudos frente a la posibilidad de que estas redes terminen desconectándonos?

Mi generación, ya casi pisando los cuarenta, experimentó los primeros ensayos de traspolación del mundo real al virtual, y viceversa. Debo reconocer que cuento con varios amigos y amigas que han conocido a sus actuales parejas por medio de una sala de chat, incluso algunos han mantenido relaciones temporales. Experiencias buenas o malas, en fin, pero ciertamente reales.

Luego, el enorme avasallamiento de Internet generó miles de formas diferentes de pautar relaciones con otras personas, ya sin importar si eran de la misma ciudad, si compartían intereses o si alguna vez se iban a poder conocer.

La era de las redes sociales y las aplicaciones móviles, abrió la puerta a una era en donde no existe territorialidad online. Todos pertenecemos al mismo lugar que virtualmente estamos ocupando, y sólo por ello, podemos llevar adelante una amistar, un noviazgo o sexo casual sólo habilitando la cámara web de un smartphone.

Dónde empieza el mundo virtual

Seamos sinceros, si queremos conocer a alguien bastará con una salida con amigos, ir a una plaza, concurrir a un grupo de actividades, hacer un taller de teatro, en fin, existen muchas recetas tradicionales. Sin embargo, si se quiere algo más directo pues se puede decir que hay una red social o una aplicación para cada gusto. Echemos un vistazo:

Lovoo: Es una aplicación que genera encuentros mediante registros fotográficos. Al registrarte desde tu celular podrás acceder a los lugares en donde están las personas que más te interesaría conocer, incluso ellos pueden contactarte y ver el lugar en donde te encontrás gracias al GPS. Rápido y al grano.

Skout: Es una de las apps de Apple más utilizadas. Si estás en la búsqueda de una pareja sólo tendrás que dejar en claro tus gustos y la misma herramienta te seleccionará algunas citas virtuales. Podrás chatear y hasta enviar o recibir regalos virtuales en señal de interés.

Down: Si buscás relaciones ardientes y rápidas, sin vueltas, entonces registrate en esta app con tu usuario de Facebook, señalá a cuáles los invitarías a tu cama y la herramienta oficiará de cupido hot. Atención, aquí no se buscan amigos.

Badoo: Es una de esas redes sociales que uno se pregunta qué tan sociables son en verdad. Desde que nació en el 2006 hasta la fecha ha hecho muy bien su trabajo y ha entablado relaciones virtuales entre millones de usuarios, pero cuántos de ellos se conocen realmente.

Bumble: Es una app un tanto feminista y es que le da el atributo a las féminas para ser ellas las primeras en iniciar un contacto con alguien. La otra persona (que puede ser hombre o mujer) tiene un plazo de 24 horas para responder y mantener el contacto.

Tinder: Es claramente un clásico para encuentros. Te muestra quiénes están cercanos a vos y bastará un guiño en la pantalla para concretar la cita o no.

Veo, veo…

Facebook, Twitter, Instagram y hasta el sólo hecho de googler un nombre es un claro gesto de búsqueda de la nueva era social. Falta determinar cuántas de todas las parejas y grupos de amigos finalmente llevan adelante un encuentro real.

Según la aplicación de citas Kickoff (que reune gente con intereses en común) “El 80 por ciento (de sus usuarios) reconoció que solo concretan el encuentro después de varios chateos”, sin embargo, también es sabido que muchas personas evitan los encuentros por algún prejuicio físico, por la distancia o también por temor a decepcionarse.

Para Carmen Castillo, vocera de Happn en Latinoamérica, “La tecnología te puede aislar un poco. Por eso es necesario transferir siempre hacia la realidad, llevarte hacia un encuentro”. De hecho, esta aplicación se distingue por acentuar el uso de las aplicaciones para conocer al “amor de tu vida”.

Tenemos frente a nosotros una gran herramienta de sociabilización. Algunos pueden elegir generar un espectro social virtual en donde podemos recorrer el mundo con el mouse para ver al príncipe azul, mientras que otros prefieren usar estas herramientas para concretar encuentros que de forma presencial les parecen más complicados.

Como sea, no es momento aún de hablar de una sociedad aislada por las redes sociales. Seguramente debemos considerar nuevas definiciones de sociedad, acordes al comportamiento del ser humano y sus avatares.