Un nuevo tratamiento genético contra la enfermedad de Parkinson, basado en los genes que producen dopamina en el cerebro, logró reducir los síntomas del trastorno a largo plazo, afirman científicos en Francia y Gran Bretaña.
Aunque el tratamiento no es una cura, dicen los investigadores en la revista Science Translational Medicine, abre nuevas esperanzas para los millones de personas que sufren esta enfermedad.
Con la enfermedad ocurre una pérdida de la dopamina, una sustancia química producida en el cerebro, que provoca la falta de control sobre el movimiento del cuerpo. Hasta ahora no hay una cura para esta enfermedad pero por lo general se ofrece a los pacientes tratamientos que pueden aumentar de forma breve la cantidad de dopamina en el cerebro.
Ahora, la investigación llevada a cabo en las universidades de París, en Francia, la de Sheffield en Inglaterra y el Colegio Imperial de Londres, demostró que con la nueva terapia genética se puede restaurar la dopamina en el cerebro y potencialmente corregir la enfermedad de Parkinson sin las complicaciones de la discinesia.
En el estudio, los científicos dieron a monos una neurotoxina que provocaba causas selectivas de la enfermedad. Así lograron que los animales desarrollaran temblores, rigidez muscular y la postura inestable característica del síndrome severo de Parkinson.
Posteriormente, para tratar la enfermedad inducida, los investigadores insertaron en el cerebro de los monos tres genes que son críticos para la producción de la dopamina.
Los científicos colocaron sondas biológicas capaces de medir los niveles de dopamina en el cerebro de los animales y siguieron un registro durante tres años y medio. Descubrieron que el tratamiento con los genes había logrado restaurar de forma segura las concentraciones de dopamina en el cerebro, había corregido los déficits motores y evitado las discinesias.
Además, dicen los autores, no se encontraron efectos secundarios adversos, y lo más importante, se logró mantener el efecto durante tres años y medio. “Hemos encontrado un perfil seguro en todos los pacientes y todos han mostrado mejoras -en distintos niveles- en los síntomas de la enfermedad", agregaron.
Fuente: BBC Ciencia
Aunque el tratamiento no es una cura, dicen los investigadores en la revista Science Translational Medicine, abre nuevas esperanzas para los millones de personas que sufren esta enfermedad.
Con la enfermedad ocurre una pérdida de la dopamina, una sustancia química producida en el cerebro, que provoca la falta de control sobre el movimiento del cuerpo. Hasta ahora no hay una cura para esta enfermedad pero por lo general se ofrece a los pacientes tratamientos que pueden aumentar de forma breve la cantidad de dopamina en el cerebro.
Ahora, la investigación llevada a cabo en las universidades de París, en Francia, la de Sheffield en Inglaterra y el Colegio Imperial de Londres, demostró que con la nueva terapia genética se puede restaurar la dopamina en el cerebro y potencialmente corregir la enfermedad de Parkinson sin las complicaciones de la discinesia.
En el estudio, los científicos dieron a monos una neurotoxina que provocaba causas selectivas de la enfermedad. Así lograron que los animales desarrollaran temblores, rigidez muscular y la postura inestable característica del síndrome severo de Parkinson.
Posteriormente, para tratar la enfermedad inducida, los investigadores insertaron en el cerebro de los monos tres genes que son críticos para la producción de la dopamina.
Los científicos colocaron sondas biológicas capaces de medir los niveles de dopamina en el cerebro de los animales y siguieron un registro durante tres años y medio. Descubrieron que el tratamiento con los genes había logrado restaurar de forma segura las concentraciones de dopamina en el cerebro, había corregido los déficits motores y evitado las discinesias.
Además, dicen los autores, no se encontraron efectos secundarios adversos, y lo más importante, se logró mantener el efecto durante tres años y medio. “Hemos encontrado un perfil seguro en todos los pacientes y todos han mostrado mejoras -en distintos niveles- en los síntomas de la enfermedad", agregaron.
Fuente: BBC Ciencia