La Argentina es unos de los países a nivel mundial con mayor consumo de gaseosas y bebidas azucaradas con un promedio de 137 litros por persona por año, según indicó un informe de la Subsecretaría de Bienestar Ciudadano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Consultada al respecto, desde el Centro de Estudios sobre nutrición infantil (Cesni) alertaron sobre esta costumbre en los niños más pequeños.

“El consumo de bebidas edulcoradas con azúcar se viene incrementando de manera sostenida y nuestro país constituye uno de los principales consumidores a nivel mundial, con un promedio de 137 litros por persona por año (un aporte de 13 kilos de azúcar)”, precisaron desde la Subsecretaría.

Además, en relación con un informe realizado en 2016 por el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil, “la Argentina incrementó el consumo aparente de gaseosas y jugos en un 70% en los últimos 20 años”.

Se estima que un adulto debe consumir entre 2 y 2,5 litros de agua, indica el estudio. “Los alimentos aportan entre el 20-30% del agua que se consume, aunque estos valores varían según el tipo. El 70-80% restante es aportado por bebidas como agua, jugos, gaseosas, sopas, leche, infusiones, etc”, aseguraron. El resto es agua metabólica, producida por el organismo.

La licenciada en Nutrición, María Elisa Zapata, integrante de Cesni, fue consultada por A Diario (Radio 2), al respecto. “Hace dos años consumíamos un vaso de gaseosa o jugo por persona y hoy son dos vasos promedio”, sostuvo. “Entre niños y adolescentes el consumo creció y en las zonas más vulnerables se cuadriplicó el consumo”, precisó.

En este sentido, alertó sobre la ingesta de gaseosas y jugos en niños muy pequeños y aclaró: “Hasta los 6 meses el niño sólo necesita leche materna y después, al incorporar alimentos, el líquido debe ser agua y debemos mantener esta costumbre. Lo que pasa es que a muy temprana edad los niños reciben bebidas azucaradas y luego es difícil revertir esto”.

La profesional instó a “ofrecer siempre agua fresca, que haya agua accesible para los niños y además, debemos dar el ejemplo porque los chicos imitan”. Aunque remarcó que “no es recomendable” el consumo de jugos y gaseosas, admitió que a veces es muy difícil separarlo de las celebraciones familiares: “Podemos limitarlo a ciertos momentos especiales”, apuntó.

Zapata explicó que este tipo de bebidas está atada al obesidad infantil –señaló que 4 de 10 niños tiene sobrepeso en Argentina– y a la aparición de caries.

También desalentó el consumo de bebidas que no tienen azúcar: “Aunque no tienen azúcar agregada estamos forjando un paladar con un dulzor que luego es muy difícil de revertir, cualquier fruta le parece poco dulce”, remarcó. Por último, subrayó: “La alimentación debe ser lo más sana posible, hay que moderar lo extremadamente dulce”, recomendó.