Uno de cada diez estudiantes de 13 a 15 años de Argentina dijo que nunca o rara vez en los últimos 30 días se lavó las manos antes de comer, según datos de la Encuesta Mundial de Salud a Escolares.
El estudio, que releva diversos comportamientos de riesgo para la salud de los alumnos que reciben asistencia técnica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, indica que tampoco lo hicieron el 5,3 por ciento de los encuestados en Chile, el 6,5 por ciento de Guayana, el 7,1 por ciento de Venezuela, el 8,6 por ciento de San Vicente y las Granadinas, y el 9,8 por ciento de Ecuador.
En el país, un total de 1.980 alumnos participaron en el relevamiento de 2007 que midió además el uso del alcohol y otras drogas; las conductas sexuales que contribuyen a la infección por VIH, otras enfermedades de transmisión sexual y embarazo no planificado; lesiones no intencionales y violencia; higiene; hábitos alimentarios y sobrepeso; actividad física; consumo de tabaco; salud mental; y factores protectores.
El lavado de manos es esencial para prevenir el contagio de enfermedades diarreicas y respiratorias ya que en ellas pueden transportarse los gérmenes que las causan. Antes de comer o manipular alimentos, después de ir al baño o de limpiar a un niño o niña que lo ha hecho, y luego de sonarse la nariz o de taparse la boca con las manos al toser o estornudar, son algunos de los momentos importantes en que toda persona debe lavarse las manos con jabón.
En el caso de la gripe, alguien sano puede contraer la infección al tocarse la nariz, los ojos o la boca después de estar en contacto con objetos o superficies contaminadas recientemente con el virus. Por eso, el lavado con jabón frecuente disminuye el riesgo de enfermarse y de transmitir la nueva influenza.
Para eliminar eficazmente los gérmenes que se acumulan en las manos, estas deben lavarse con agua y jabón durante al menos 20 segundos. El agua corriente templada es la más eficaz para lavarse las manos. Sin embargo, si no se dispone de agua corriente, puede utilizarse un recipiente plástico o una lata que se haya limpiado bien y llenado con agua y que, al colocarse de manera inclinada, pueda verter el agua sobre las manos.
Para secarse, lo mejor es utilizar una toalla de papel descartable o el mismo aire del ambiente. Sin embargo, si solo dispone de toallas de tela, las debe lavar con frecuencia usando cloro para matar los gérmenes que se puedan haber acumulado en ellas.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud
El estudio, que releva diversos comportamientos de riesgo para la salud de los alumnos que reciben asistencia técnica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, indica que tampoco lo hicieron el 5,3 por ciento de los encuestados en Chile, el 6,5 por ciento de Guayana, el 7,1 por ciento de Venezuela, el 8,6 por ciento de San Vicente y las Granadinas, y el 9,8 por ciento de Ecuador.
En el país, un total de 1.980 alumnos participaron en el relevamiento de 2007 que midió además el uso del alcohol y otras drogas; las conductas sexuales que contribuyen a la infección por VIH, otras enfermedades de transmisión sexual y embarazo no planificado; lesiones no intencionales y violencia; higiene; hábitos alimentarios y sobrepeso; actividad física; consumo de tabaco; salud mental; y factores protectores.
El lavado de manos es esencial para prevenir el contagio de enfermedades diarreicas y respiratorias ya que en ellas pueden transportarse los gérmenes que las causan. Antes de comer o manipular alimentos, después de ir al baño o de limpiar a un niño o niña que lo ha hecho, y luego de sonarse la nariz o de taparse la boca con las manos al toser o estornudar, son algunos de los momentos importantes en que toda persona debe lavarse las manos con jabón.
En el caso de la gripe, alguien sano puede contraer la infección al tocarse la nariz, los ojos o la boca después de estar en contacto con objetos o superficies contaminadas recientemente con el virus. Por eso, el lavado con jabón frecuente disminuye el riesgo de enfermarse y de transmitir la nueva influenza.
Para eliminar eficazmente los gérmenes que se acumulan en las manos, estas deben lavarse con agua y jabón durante al menos 20 segundos. El agua corriente templada es la más eficaz para lavarse las manos. Sin embargo, si no se dispone de agua corriente, puede utilizarse un recipiente plástico o una lata que se haya limpiado bien y llenado con agua y que, al colocarse de manera inclinada, pueda verter el agua sobre las manos.
Para secarse, lo mejor es utilizar una toalla de papel descartable o el mismo aire del ambiente. Sin embargo, si solo dispone de toallas de tela, las debe lavar con frecuencia usando cloro para matar los gérmenes que se puedan haber acumulado en ellas.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud