Imagínese por un momento que la selección argentina de fútbol tuviera que afrontar el próximo Mundial con una formación compuesta en su totalidad por futbolistas del medio local, que no pudiera contar con los crácks que juegan en el exterior…

Si el equipo para el próximo Mundial fuera por ejemplo Saja, Cubero, Maidana, Cata Díaz, Funes Mori; Maxi, Gago, Pisculichi; Bou, Milito y Carrillo.

¿Qué posibilidades reales de ganar el Mundial habría? 

Seguramente, por la calidad natural que hay en estos lares, la selección sería más que digna y competitiva pero no le alcanzaría para pelear por el título (o tendría mínimas chances). Si en cambio Messi, Mascherano, Tévez y tantos otros se pusieran la albiceleste, las chances crecerían (mucho). 
No se asuste amigo! Esta situación difícilmente se haga realidad más que para algún amistoso de ocasión. Es sólo un mero ejercicio, una simple comparación deportiva para que trate de entender la importancia de Juan Martín Del Potro para el equipo nacional de Copa Davis.

El tenis es un deporte individualista como pocos y por ende se gana con grandes individuales. Lógicamente, es mejor si esas individualidades son parte de un buen contexto, pero lo primordial es tener buenos tenistas. Suiza por caso, pudo ganar la Davis por primera vez en su historia cuando Federer decidió jugarla y afrontarla con la seriedad correspondiente. Djokovic en Serbia es un ejemplo similar. Los países tienen mayores posibilidades cuando en sus equipos tienen su "as de espadas".

Ese "as de espadas" en el tenis argentino tiene nombre y apellido: Juan Martín del Potro.

Esos no tan lejanos años dorados en que el tenis nacional contaba con jugadores talentosos como Nalbandian, Gaudio, Coria o Cañas por ejemplo son parte del pasado. En aquel momento el capitán podía darse el lujo de prescindir de alguno de ellos pues había materia prima de sobra. Hoy la situación es bien diferente. Hay apenas un puñado de tenistas argentinos entre los 100 mejores pero sólo uno (Delpo) capaz de codearse con los top.

El tandilense, si logra recuperarse bien de su lesión en la muñeca que lo tiene a maltraer desde hace un año, será la gran esperanza argentina para lograr lo que ni siquiera esa sensacional camada de los albores de 2000 o el mismo Guillermo Vilas pudieron: ganar la Copa Davis.

Está claro que luego hay varios factores que también inciden en el resultado final como son la suerte en el sorteo, las lesiones, los momentos de cada tenista u otros. Pero en tenis, la calidad individual del jugador está por encima de todo eso. 

Por eso, esta señal de Juan Martín demostrando que está compenetrado con la causa Davis es el factor principal para que Argentina se ilusione. Con Delpo el sueño de la ensaladera es posible; sin él, es utópico, como ganar un Mundial de fútbol sin Messi, Mascherano, Tévez y compañía...