Cada vez hay más estudios que ponen en duda que el consumo moderado de alcohol, como podría ser un vaso diario de vino tinto, resulte beneficioso para la salud. Pero sobre lo que no hay ninguna duda es que el alcohol es muy perjudicial para los niños y adolescentes, cuyos cerebros se encuentran aún en fase de desarrollo.

Mucho más aún cuando las cantidades de alcohol ingeridas son excesivas. De hecho, ya se sabe que los adolescentes que consumen alcohol en exceso, pueden sufrir alteraciones cerebrales que dificultarán su adaptación las cambiantes situaciones de la vida adulta.

Sin embargo, y según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Stritch de la Universidad Loyola Chicago (EE.UU.), comunicado en el portal abc.es, parece que este daño no se limita al cerebro de los adolescentes y acaba transmitiéndose a los de los futuros hijos.

Este es el primer estudio en que se ha observado una vía molecular por la que el consumo de alcohol en la adolescencia puede dañar la salud neurológica de las siguientes generaciones. 

Sin embargo, y dado que el estudio fue llevado a cabo con ratas, ¿puede asegurarse que sucede lo mismo en el caso de los humanos? Pues como concluye Toni R. Pak, director de esta investigación presentada en el marco de la Reunión Anual 2016 de la Sociedad Americana de Neurociencia, "si bien es cierto que los hallazgos logrados con un modelo animal no tienen que extrapolarse necesariamente a los humanos, hay unas similitudes muy significativas entre este modelo animal y los humanos, caso de su metabolismo del alcohol, las funciones del hipotálamo y el patrón de consumo excesivo".