La desesperación aumenta en Haití al entrar en horas decisivas para rescatar a las personas que quedaron atrapadas bajo los escombros que provocó el fuerte terremoto que sacudió ese país el martes pasado.

Los equipos de rescate incrementaron las tareas al cumplirse más de 48 horas del devastador sismo que alcanzó los 7,3 grados en la escala Richter. Los rescatistas advirtieron que la cifra de muertos subirá rápidamente si decenas de miles de haitianos heridos, muchos con huesos rotos y graves pérdidas de sangre, no reciben primeros auxilios en las próximas 24 horas.

"Las próximas 24 horas serán críticas", dijo el oficial de 54 años de la Guardia Costera de los Estados Unidos Paul Cormier, un trabajador de emergencia calificado que administra un orfanato en Haití y que ha ayudado a 300 personas desde el desastre del martes.

Aviones con insumos y equipos de rescate comenzaron a aterrizar en Puerto Príncipe más rápido que lo que los equipos en tierra tardaban en descargar, congestionando la pista y obligando a muchas aeronaves a volar en círculos hasta dos horas para poder tocar tierra.

La distribución de ayuda era lenta porque las carreteras están bloqueadas por escombros y autos chocados, las comunicaciones están interrumpidas, y las oficinas de agencias de ayuda resultaron dañadas y su personal murió o está desaparecido.

Muchos hospitales estaban demasiado dañados como para ser usados y los médicos atendían a personas con extremidades aplastadas, heridas en la cabeza y huesos fracturados en instalaciones improvisadas, donde los suministros eran escasos.