Pasar por una sala de internación resulta traumático para cualquier persona. En los niños esta situación se ve agravada por la incapacidad de poder comunicar lo que les ocurre; sus miedos, emociones y preguntas que aparecen en ese proceso.

 

La Lic. Carolina Micha, Coordinadora del Servicio de Psicología Juego Terapéutico del Sanatorio De Los Arcos explica que “es necesario prevenir a los niños de los efectos posteriores a la internación; hablarles de la angustia, darles técnicas de afrontamiento, anticiparles en qué consiste el proceso de internación, hacerles psicoeducación”.

 

Para ello la especialista brinda diversas herramientas, que involucran a toda la familia, en el proceso previo a la internación del niño:

 

Psicoeducación: El paciente necesita adaptarse a su situación y comprender el motivo de su internación en un lenguaje acorde a su edad. Por esto es necesario explicarle en un  vocabulario no médico, tanto a los padres como a los niños, de qué se trata la enfermedad que padecen o el motivo de la intervención quirúrgica y en qué consiste el tratamiento. También resolver las dudas que aparezcan en este proceso.

Juego Terapéutico: A través del juego los chicos transmiten lo que sienten, sus emociones, sus miedos y cómo están viviendo el proceso de internación. En los juegos utilizar elementos reales, materiales médicos con los que los niños interactúan como gazas, jeringas, cintas, estetoscopio.

Guía de apoyo para los padres: Contención y orientación emocional. Brindar herramientas que permitan acompañar y ayudar a sus hijos durante el período de internación. Orientación sobre cómo explicarles a los niños que padecen una enfermedad.

Psicoprofilaxis: Preparación para la intervención en enfermerías y cirugías. Realizar entrevistas con los niños y con sus padres para trabajar los miedos y fantasías. Además, realizar un tour sanatorial. El cual consiste en llevar al niño a recorrer cada uno de los lugares en los que estará el día de la intervención. De esta manera, llegado el día, el paciente estará familiarizado con cada zona y con las caras de los médicos y enfermeras que lo atenderán.

Es importante que los padres estén preparados emocionalmente para acompañar a los niños, “Si los padres no están confiados, esa inseguridad la trasladan a los niños por más que nosotros trabajemos con ellos”, señala Carolina Micha, y agrega “en Juego Terapéutico buscamos que el paciente sea el protagonista en el proceso de curación.

 

Quienes deben internarse son actores pasivos. No eligen nada durante el tratamiento o el proceso de curación. No eligen el lugar, la enfermedad que tienen o la intervención que deben realizarse, tampoco eligen cuándo comer, ni tienen un espacio de intimidad. Por esto, es fundamental que los niños tengan el control de lo que les ocurre. Una opción es que jueguen a ser doctores; siendo la muñeca su paciente, pueden descargar sus emociones al dibujarle la cara, colocarle una vía e incluso colocarle una venda en el lugar donde será la cirugía. Así, el nene al despertar ya sabe lo que le ocurrió, lo hizo de forma activa durante el juego y no descubre nada nuevo ni extraño en su cuerpo.