El Parkinson genera respuestas diferentes a los tratamientos, por ese motivo no hay una terapia ideal para todas las personas sino, por el contrario, habrá alguna opción que se ajuste muy bien a cada paciente, coinciden los neurólogos.

"De todas maneras, no hay tratamiento que funcione si no se tiene en cuenta 'la pata ineludible' de la integración familiar y social", dijo a Télam Lorena Tschopp, integrante del Programa de Parkinson del Hospital de Clínicas "José de San Martín", que todos los años organiza una jornada con pacientes, familiares y médicos para intercambiar testimonios y experiencias.

La neuróloga estimó "necesario" recalcar que para el paciente "mantenerse activo es fundamental y estar activo es estar integrado a la familia y a la sociedad".

En ese sentido, Tschopp destacó "el abordaje integral que lleva adelante el Hospital de Clínicas a través del programa a cargo de Federico Micheli, que expondrá acerca de la enfermedad mañana martes 14 de abril a las 10.30, en el marco del Día Internacional del Parkinson.

Una de cada 1.000 personas en el mundo contraen esta enfermedad neurodegenerativa cuya característica más visible está en la alteración de los movimientos: lentitud -también llamada bradicinesia-, rigidez muscular y temblor, además de otros trastornos.

"Como toda enfermedad crónica, necesita de un apoyo familiar que posibilite la integración del paciente a la actividad física, a la vida social; buscamos que no altere demasiado su cotidianeidad; todo lo contrario", dijo a Télam Hernán Pavón, neurólogo del Hospital Alemán.

"También es frecuente la aparición de trastornos posturales en el equilibrio y la marcha, disfonía (voz susurrante), alteraciones en la escritura -trazos pequeños o micrografia- y la pérdida de la expresión facial", completó Pavón.

El neurólogo aseguró que "está demostrado que la actividad física -que puede incluir gimnasia, deportes no competitivos, prácticas como el tai chi chuan o danzas, como el tango- colaboran en la evolución del paciente incluso en sus funciones cognitivas".

"La persona con Parkinson tiene que saber que va a convivir con una enfermedad prolongada que condicionará su vida cotidiana, por eso es tan importante contar con el apoyo familiar. La higiene y la alimentación son solo dos de las actividades que se afectarán por esta capacidad limitada de movimientos y que habrá que adecuar", describió Pavón.

En ese sentido, apuntó, "la posibilidad de relacionarse con los otros a través de una práctica estimulante como la danza o la actividad física deportiva o recreativa serán clave de un buen tratamiento". "El Parkinson no es solo tomar una pastilla".

La medicación, e inclusive las intervenciones quirúrgicas, se dirigen a "resetear" la actividad neuronal afectada por la falta de dopamina.

No obstante es fundamental mantener activa la estimulación, que para una persona significa su vida de relación afectiva y social, ya que además de problemas motores el Parkinson puede provocar depresión y episodios de ansiedad.

Aun con los avances científicos, "no está totalmente comprobada la causa de la enfermedad. Se sabe que en un lugar del cerebro, llamado sustancia nigra, se produce una pérdida en el número de neuronas y una disminución en la producción de un neurotransmisor, llamado dopamina, que es vital en la generación y facilitación del movimiento", señaló Pavón.

Hay más neurotransmisores afectados en el Parkinson que explican otros síntomas como seborrea, depresión, alteraciones cognitivas y trastornos autonómicos (alteraciones de la presión arterial, incontinencia de esfínteres y sudoración, entre otros).

El especialista precisó que "últimamente se ha considerado la importancia de síntomas previos a la aparición de los trastornos del movimiento, denominados premotores".

Esos síntomas incluyen la pérdida del olfato, la constipación, la depresión crónica y la alteración del sueño REM, una patología que abarca sueños vívidos, con pesadillas y movimientos.

Aparentemente la coexistencia de estos síntomas podría predecir el desarrollo de la enfermedad en algunos pacientes.

Desde 1997, cada 11 de abril se celebra el Día Internacional de la Enfermedad de Parkinson (EP), por decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en homenaje al nacimiento de James Parkinson, médico que la describió por primera vez.

 

Fuente: telam.com.ar