“Más allá de países y fronteras,

en una compartida dimensión”.

(Pedro y Pablo)

Llovió, paró, salió el sol y lo enredaron las nubes. Cayeron rayos. El viento sacudió las copas y descolgó lo que quedaba del verano. El aguanieve embarró las calles. También el agua, formando ríos urbanos. La humedad extrema, la niebla en las rutas, el calor y sus mosquitos, el frío, la escarcha.

Rosario3.com nació como una ventanita, una de esas que tienen dos hojas que pueden extenderse al mismo tiempo, que dejan entrar mucho del afuera y permiten que se escape lo que pasa adentro. Luces, voces y olores que van y vienen, saliendo y entrando para confundirse y mezclarse.

Hace 10 años se abrió hacia la ciudad. Un 20 de julio de 2006 hizo este recorte para que llegaran y se fueran historias, para que sea posible un nuevo intercambio con pretensiones de diálogo, de ida y vuelta. Como antes no había sucedido.

Nada de eso pudo ser posible sin mirar el cielo. Cada mañana de estos miles de días conmovidos por el tiempo, el que nos pasa a cada uno, entre soles y lluvias; el que transcurre enmarcado por lo que llamamos noticias, que no son más que lo que nos pasa con título y bajada.

Y así, las cuatro estaciones del año diez veces repetidas. Hubo cientos de colores distintos. Tantos matices como los que la luz graba en cualquier cortina. Y tormentas que dejaron charcos. Arco iris, eclipses y lunas llenas. Y mientras aclaraba y oscurecía, las persianas se mantuvieron desplegadas, tanto como para convertirse en un puente larguísimo, enorme y fuerte, por el que van y vienen palabras, imágenes y sonidos.

Un “aquí” y un “allá” que conviven y se retroalimentan, se entrelazan para mostrar, cada vez con más contundencia, su compleja universalidad.

“Escribí la nota del clima. Ponéle ganas, algo tuyo”, me pidieron Damián Schwarzstein y Fernanda Blasco, durante uno de mis primeros días en la redacción de R3. Me pareció raro que el tiempo tuviera esa importancia periodística. Por entonces no me di cuenta que me habían revelado parte del corazón de este portal de noticias de Rosario y la Región.

Hoy, diez años después, el espíritu es el mismo: animarnos a mirar lo que nos atraviesa, reconstruirlo desde nuestra propia particularidad para abandonarlo después del otro lado de la ventana-puente, donde, seguramente, será otra vez deshecho y vuelto a armar con otros ojos.

Muchas gracias Rosario3.com y que los cumplas muy feliz.