Todo aquello que no responde a la “normalidad” biológica despierta a la par morbo e interés.

Nicca Triefenbach aprendió a convivir con ambos desde los 13 años. Como sangraba mucho y cada vez que menstruaba el dolor era demasiado intenso, consultó al médico. Fue cuando se enteró que tenía dos vaginas.

En una entrevista televisiva, Nicca recordó ese momento como el instante que sintió que era "un fenómeno de la naturaleza”.

Pero después de tres abortos y de sangrar seis meses, Triefenbach decidió “tomar medidas”.

Cinco meses atrás se sometió a una histerectomía (extirpación quirúrgica parcial o toral del útero). Y si bien asegura que la posibilidad de no tener hijos le generó "un vacío, ahora pienso en adoptar”.

Nicca contó que tras la intervención su calidad de vida es "fantástica", y que espera adoptar pronto.

“Tenés momentos en los que no querés vivir, pero sabés que tenés que hacerlo, así que permanecer fuerte es todo lo podés hacer”, dijo Triefenbach.