En los casos de grandes quemaduras, tras los primeros cuidados, es imprescindible reponer la piel perdida. Cultivar en el laboratorio las células de la piel (queratinocitos) del propio paciente para fabricar los injertos pertinentes es la opción terapéutica en vigencia. El problema es que este proceso tarda unas tres semanas, tiempo durante el cual el quemado no puede permanecer sin esta importante barrera del organismo.

Científicos del Instituto para la Terapia con Células Madre (Evry Cedex, Francia) en colaboración con el español CIEMAT y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), presentan en las páginas de ´The Lancet´ una alternativa a estas técnicas, basada en las células madre embrionarias. El trabajo "lleva la investigación en este campo a otro nivel", según un comentario que la acompaña.

En una primera fase, los autores lograron obtener, a partir de dos líneas de células madre embrionarias, queratinocitos. Cultivándolas durante 40 días en un medio que imitaba las condiciones que se dan durante el desarrollo fetal, las células pluripotentes se diferenciaron en otras con características similares a las de la piel.

Después, colocaron esas células de la piel en una matriz artificial que se colocó en cinco ratones. Doce semanas después, el aspecto de estos ´parches´ tenía la estructura de la piel humana, con las dos capas que la conforman (epidermis y dermis).

Durante ese tiempo, los injertos no desarrollaron ningún tumor –una de las complicaciones más frecuentes del trabajo con células madre- y apenas mostraron expresión de antígenos HLA, lo cual indica que desde el punto de vista inmune eran poco activos, disminuyendo las posibilidades de rechazo.

Uno de los puntos más importantes de esta investigación es el éxito en el proceso de diferenciación de las células madre embrionarias. Éstas, por ser pluripotentes, tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular, pero el procedimiento no es sencillo.

"Lo que hemos hecho nosotros, es derivar las células embrionarias hacia uno de los posibles linajes celulares, cerrando uno de los ciclos ´calientes´ de la medicina regenerativa actual", explicó Fernando Larcher, investigador de la división biomédica epitelial del CIEMAT, uno de los participantes españoles en este trabajo. "La diferenciación alcanzada es muy estricta y las células tenían capacidad regeneradora, que fue, precisamente, lo que demostramos en nuestro laboratorio", añade.

Anteriormente, otros grupos habían obtenido células de la piel a partir de madre embrionarias, pero no eran capaces de regenerarse. Esta característica junto con la posibilidad de que estén "disponibles congelados y que puedan guardarse en bancos de tejidos de forma segura, preparados para ser injertados sería una gran base en el tratamiento de los grandes quedamos", señala el comentario que acompaña al estudio.

Fuente: Diario Salud