El 11 de septiembre de 2001, en medio de la conmoción por los atentados a las Torres Gemelas, Estados Unidos cerró temporalmente su espacio aéreo y cientos de aviones fueron desviados a terminales de otros países. A 38 de esas aeronaves se les indicó aterrizar en el pueblo canadiense de Gander. Siete mil personas arribaron al lugar, duplicando su población.

Durante varios días, los visitantes fueron alojados por los habitantes del poblado ubicado en la Isla de Terranova. La solidaridad abrazó al miedo y al dolor.

Esa historia real es la que se cuenta, canta y baila en la obra musical Come From Away, que se presenta este viernes y sábado, a las 20.30, en el teatro Astengo.

Junto a Marcelo Kotliar, la responsable de la adaptación al castellano de la pieza escrita por Irene Sankoff y David Hein es la actriz Carla Calabrese, que además dirige al elenco de 15 actores y nueve músicos en vivo.

Calabrese vio la representación de Come From Away en Broadway y quedó “sorprendida" sobre “cómo podían tratar un tema así (trágico) de una manera tan bella y cálida al alma”, confió a Rosario3. Esa trama "fascinante y real” la convencieron de pensar en una adaptación para el público argentino. Para la también productora, la obra ofrece “una historia con la que podemos identificarnos desde muchísimos lugares porque muestra la importancia que adquiere la comunidad en la que vivimos y la solidaridad dentro de esa comunidad”.

Estrenada en el teatro Maipo en 2022, Come From Away replicó el éxito y los reconocimientos que ya había cosechado la versión original en el principal distrito teatral de Nueva York tras su debut, en 2017: 23 nominaciones y siete Premios Hugo, además de 12 nominaciones y dos Premios ACE.

Come From Away está basada en una historia real que tiene un origen trágico, pero final en el que surgieron vínculos solidarios y hasta risas. ¿De qué manera aborda ese arco emocional la puesta?
La obra nos muestra que las historias bellas también pueden aparecer en un hecho trágico. La manera en la que el guion aborda lo ocurrido es maravillosa, con un ritmo vertiginoso y constante que hace que el espectáculo no decaiga en ningún momento. Además, la música le da potencia a cada escena y cada historia se separa para que el público pueda entenderlas y seguirlas a lo largo de la obra.

La obra nos muestra que las historias bellas también pueden aparecer en un hecho trágico.

—¿Qué cambió y qué permaneció en la versión argentina de la obra, la única en castellano?
—La adaptación que hicimos con Marcelo Kotliar es muy cuidadosa de la estética original y la respeta en su totalidad. Sí me parece que los argentinos le aportamos una intensidad a la actuación, incluso los músicos, que es realmente arrolladora. Si pensamos en la emoción que generan las historias, me parece que es algo que no tiene que ver tanto con la adaptación sino con la interpretación. Es el mismo musical que se vio en Broadway, en Londres, en Australia, en Ámsterdam y en tantas partes del mundo, con toda la pasión argentina en escena y desde un profesionalismo detallista.

—La obra viene de cumplir su cuarta temporada en Buenos Aires y una en Madrid. ¿Qué expectativas tienen sobre las presentaciones en escenarios de otras ciudades del país?
—La idea de la gira siempre estuvo presente, solo estábamos buscando el momento exacto. Nosotros empezamos a ensayar en 2020, tuvimos que cortar debido a la pandemia, esperamos dos años y estrenamos en 2022. Estamos muy contentos de poder empezar esta gira con la misma cantidad de actores y músicos del elenco original, y con los mismos directores, técnicos y productores. Viajamos todos para que la gira sea un éxito y para que la gente, en cada ciudad, pueda disfrutar de la obra tal como se vio en España y en Buenos Aires. A Rosario le siguen Tucumán, San Juan y Mendoza, y nos encantaría llegar a muchísimos lugares más.

—En este tiempo, ¿recordás alguna historia o devolución particular?
—Ya son cinco años con la obra en el corazón. Así que, imagínate, hay miles de momentos, de situaciones y de gente que se nos acercó para decirnos cuán conmovidos habían quedado y cómo habían podido relacionar esta historia con situaciones trágicas o momentos apocalípticos que hemos vivido como sociedad. Hubo gente que nos ha dicho que tenía un familiar en las Torres Gemelas, que había perdido a alguien (por los atentados) el 11 de septiembre de 2001 o que habían estado en uno de los vuelos dirigidos a Gander. También gente que había perdido familiares durante la pandemia. Me parece que es una historia con la que podemos identificarnos desde muchísimos lugares porque muestra la importancia que adquiere la comunidad en la que vivimos y la solidaridad dentro de esa comunidad.

Con el fin de conocer más sobre la historia real, Calabrese viajó con su equipo a Gander. Allí dialogó con “las personas que inspiraron a los personajes”, entre ellas, la piloto Beverly Bas y su marido Tom, el policía Oz, Hanna (la mamá del bombero) y la veterinaria que asistió a los animalitos que viajaban en los vuelos con ese destino asignado. 

“También conocimos al alcalde, que se hizo amigo de Edgardo Moreira, el actor que lo personifica. Todos ellos viajaron a Madrid para ver nuestro estreno. Realmente, esta obra nos ha enriquecido muchísimo como profesionales y como personas”, apuntó la entrevistada.

—¿Qué le decís a las personas que se resisten al teatro musical?
—Trato de no engancharme con los prejuicios de ningún tipo porque nunca suman. Pienso que quien dice: «No me gusta el teatro musical», seguramente, no vio todo el teatro musical que hay porque si no, no lo diría. Quizás viste varios musicales que no estaban bien o no te gustaron, pero no quiere decir que todo esté mal. Lo que pasa con el teatro musical es que, cuando no se hace bien, realmente es tedioso. Pero cuando es bueno, es inolvidable. Es un hecho teatral que llega al alma.

Come From Away es una historia con la que podemos identificarnos desde muchísimos lugares porque muestra la importancia que adquiere la comunidad en la que vivimos y la solidaridad dentro de esa comunidad.

Come From Away es un espectáculo por el que Calabrese pone “las manos en el fuego” y desafía a los detractores del género “van a perder los prejuicios contra los musicales”: “Realmente es diferente en muchísimos sentidos. Si le dan la oportunidad, no se van a arrepentir”.

—¿Cómo se conectan la artista (actriz, productora, directora) que sos hoy con aquella que empezó a estudiar teatro con Raúl Serrano?
—Por supuesto que esa chica que estudió teatro y que quería hacer teatro tiene que ver con la directora, productora y actriz que soy ahora, y también con la adaptadora. Soy la misma persona, pero que ahora está disfrutando de hacer teatro de una manera profesional, organizada y apasionada. Siempre vi al teatro como un todo. Me refiero a cómo está escrita la escena, cómo está dicha, cómo se adapta si viene desde otro idioma, cómo se pone en escena, cómo te cuento la historia desde el escenario y con qué recursos. Me involucro en todas las áreas (actuación, dirección, dirección general y producción), siempre escuchando las opiniones del equipo porque sola no se puede hacer nada. Estoy muy agradecida con los directores súper profesionales que me acompañan, con los autores por confiarme su obra, y con todos mis maestros.

—Ahora te toca invitar a un amigo a ver la obra..
Yo le diría que si no la vio todavía, ¡no se la puede perder! No se la puede perder porque es la certeza de que suceden hechos maravillosos en el mundo, de que no todo está perdido, de que hay esperanza y de que más, allá de todo lo malo, hay muchas cosas buenas que están pasando, actos heroicos escondidos que tenemos que conocer. Come From Away es una historia real, sobre algo que pasó y que nos llena el alma. Nos enseña a todos lo que tenemos adentro y que hay que dejar salir, como seres humanos que somos. Me parece urgente que tengamos esa conciencia de comunidad en la que se ayudan unos a otros. Creo que es la única manera incluso sobrevivir como especie. El hecho de poder armar comunidad y sostenerla es algo esencial. Ver esta obra es saber que eso posible.

El elenco, los músicos y las canciones 


El elenco de la obra está integrado por Gabriela Bevacqua, Carla Calabrese, Fede Couts, Sebastián Holz, Lucila Gandolfo, Mela Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira, Silvina Nieto, Agustín Pérez Costa, Silvana Tomé, Manu Victoria, Lali Vidal, Pato Witis y Fátima Seidenari. 

En tanto que los músicos en vivo son Santiago Rosso, Tomás Horestein, Santiago Molina, Maximiliano Cataldi, Natacha Tello, Juan Denari, Paula Solange Morales, Pablo Mengo y Luis Lattanzi.

En esta adaptación, todas las canciones están cantadas en castellano, una situación poco común en las versiones de musicales que fue posible gracias a “la linda amistad con los autores y un gran respeto para con nuestra puesta”: “Tener la autorización para la grabación de las canciones es un privilegio”. Los temas que integran el espectáculo están disponibles en Spotify y Apple Music.

Las entradas


Las entradas para las dos funciones de Come From Away de este viernes y sábado, a las 20.30, en el teatro Astengo (Mitre 754), pueden adquirirse a través del sistema ticketek.com.ar y en la boletería.

La ficha técnica


La ficha técnica y artística de la obra se completa con la producción ejecutiva de Nachi Bredeston y Naty Martins, el stage manager es Hernán Kuttel, la asistencia de dirección, de Pato Witis; la asistencia de producción, de Tomás Albertoni y Fátima Seidenari; el diseño de video, de Giselle Hauscarriaga; y la prensa y comunicación, de Alejandro Veroutis.

Las fotos son de Gabriel Machado; el diseño gráfico, de Clara Ezcurra; los contenidos digitales, de Anchoita Films, Teatro Maipo y Naty Martins; el sonido y los micrófonos, de Santiago Rivero; los seguidoristas son Tomás Albertoni y Fernando Canales; la utilería y peinados son de Guillermo Parra; y el diseño de pelucas, de Eliana Acosta.