Cuando el sacerdote pronuncia las palabras “si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o calle para siempre”, ahí entra en acción Franco, un joven de 19 años que ofrece servicio de “rompebodas”. Todavía no debutó en esta insólita “profesión”, pero asegura que sus honorario son “saladitos” y que “si el novio es grandote es otro precio porque tengo que llevar refuerzos”.

Franco vive en General Roca, en la provincia de Río Negro. Todo comenzó como un juego, en el marco del grupo “Twitao” que creó hace un tiempo. Una especie de tribu urbana.

“Esta idea salió como algo nuevo, para salir un poco de la rutina”, contó el chico en contacto con los periodistas Ciro Seisas, Hernán Funes y Maricel Bargeri en el programa A Diario (Radio 2).

Franco comentó que comenzaron a llegarle “muchos mensajes para ver si podía ofrecer ese servicio”. Después aclaró que “es una idea en proyección, todavía no rompí ninguna boda”. Quizás Franco se inspiró en la película protagonizada por Owen Wilson y Vince Vaughn. 

Cuando le preguntaron por sus honorarios, respondió que “es un servicio bastante saladito porque ir a poner la cara a un casamiento para un tema tan complicado... Yo escucho ofertas”.

“Hace un par de años, cuando era más chico, cree un grupo de unos 100 chicos acá en el centro de General Roca y cuando se enteraron de esta idea me empezaron a criticar mucho”, contextualizó.

Por último, bromeó: “Si el novio es grandote, por ahí tengo que llevar refuerzos; o sea que si hay piñas es otro precio”.