El funense Mario Angelomé le da vida todas las noches a Don y secunda a Federico Bal en su rol de Lola en la comedia musical sensación de este verano en Carlos Paz, Kinky Boots. El artista viene pateando escenarios hace más de veinte años, y a sus 47 le llegó la gran oportunidad de su vida: formar parte de uno de los elencos más taquilleros de este verano en Córdoba.

Angelomé empezó tímidamente a principios de los 2000 interpretando canciones en diferentes cantobares de Rosario y la zona, hasta que hizo una audición para un musical que en ese momento estaban produciendo de manera amateur alumnos del Colegio Inglés, y allí descubrió que la comedia musical era su pasión. Algunos años después hizo una ópera rock de Drácula en el Broadway dirigida por Marcelo Caballero y luego enfiló para Buenos Aires a perfeccionarse.

“En el 2016 empecé a hacer cosas mas grandes hasta llegó Kinki Boots en 2019 hice el casting y quedé como actor de reemplazo. De ese elenco soy el único que siguió ahora, pero ya con un rol dentro del plantel principal”, contó a Rosario3 mientras se preparaba para una de las últimas funciones de la temporada que tendrá lugar este domingo.

Cuando estaba en Buenos Aires hizo de todo, desde publicidades hasta teatro independiente, pasando por un musical en Tecnópolis, y algunas versiones de clásicos como Ana Frank. Incluso en 2015 hizo en Mar del Plata La Máscara de Hierro. Toda esa experiencia, según él mismo relata, fue la base más fuerte de su formación, “me hice haciendo”, expresa.

En kinky Boots hace dos personajes: uno muy chiquito que es el padre del protagonista que muere a poco de comenzar la obra y luego encarna a Don, un empleado de la fábrica de calzado que por sus años de antigüedad es una especie de delegado gremial y es el principal opositor a la idea de Lola (Fede Bal) de comenzar a hacer botas para Drag Queen.

“Fue una experiencia increíble. En Buenos Aires yo era reemplazo, no hacía función todos los días. Cuando surge la temporada de Carlos Paz muchos no pueden ir por diferentes proyectos y paso a ocupar este nuevo rol, algo que deseaba y que estoy disfrutando mucho”, asevera el artista y guarda un momento para halagar a sus compañeros: “Fede Bal es un profesional de la hostia que era una sorpresa porque nunca había hecho teatro musical. Fede Salles es un animal, un exponente del género; con Laura Esquivel ya había compartido escena en Buenos Aires y acá siguió creciendo, son compañeros muy talentosos”.

Con la pandemia Mario volvió desde Buenos Aires a su querido Funes y allí piensa hacer base ahora una vez que finalice la temporada, “desde Funes al mundo”, bromea y enseguida declara sus ganas de hacer también cosas en Rosario, donde no tuvo la oportunidad de darse a conocer aun. 

De hecho, contó que en febrero audicionó para una productora que está haciendo proyectos muy interesantes en la ciudad y tiene la esperanza y la expectativa de que esa sea la puerta de entrada al circuito rosarino.