Federico Bal lloró en la pista del Bailando anoche, cuando Marcelo Tinelli le preguntó por la salud de su padre Santiago, quien está en coma farmacológico desde este lunes. El bailarín aseguró que está “muy mal” y que “solo resta rezar”. Además, resignado, comentó que “si sale de esta hay que entender que no es vida lo que él está llevando adelante y a veces, aunque sea duro, hay que entender que lo mejor es irse”.

“Está muy mal”, aseguró Fede ante la pregunta del conductor de Showmatch, Marcelo Tinelli. Y explicó el motivo de su presencia en el programa más allá de su difícil situación familiar: “Yo acá me siento vivo, me siento feliz. Es, creo, que el único momento en el día en el que me olvido un poco de los problemas”.

“Verme llorando no está bueno. Pero es la vida. Es un reality que toca todo lo que nos pasa a nosotros, momentos lindos y momentos feos. Y hoy lo único que queda es rezar por papá, porque no está nada bien”, contó después, con lágrimas en sus ojos.

El hijo de Carmén Barberi dio detalles de la situación de Santiago: “Está muy deteriorado y entró en un cuadro en el que ya no podía respirar. Está todo comprometido. Entonces tratamos de acompañarlo y decirle que hay un lugar mejor. Yo creo, realmente, que hay un lugar mejor”.

Después, fue muy gráfico sobre la situación de Santiago: “Si sale de esta, tampoco es vida seguir como estaba. Entonces, a veces los familiares sentimos un cierto alivio. Es raro decirlo, pero hay un alivio que uno tiene que sentir como hijo y transmitírselo a la persona”.

Realmente, es importante decírselo a la persona. «Está todo bien, nosotros vamos a estar bien. Nos diste una familia hermosa». A mí me dio los mejores treinta años de mi vida. Ya es momento de que él también se ocupe de él. Y me parece que ocuparse de él también es irse", dijo Fede, y ya no pudo contener el llanto ante el aplauso del público.

"Me siento roto, porque que se vaya un papá creo que es lo peor que te puede pasar en la vida. Perder un hijo, ni me quiero imaginar. Son momentos que atravesamos todos. Y siento que es difícil para los dos porque me siento en falta”, describió.

Con mucha tristeza, Fede siguió: “Yo viví treinta años al lado de un papá súper enfermo. Una salud horrible. Y aprendí a valorar mucho más la vida. No es una frase hecha. Hace poco él quería tomar una gaseosa que se la conseguí y los médicos no lo dejaban. Y se la puso con una gasita en los labios. No sabés la cara de ese hombre. Yo lo filmé. Muchos me criticaron, todo el tiempo critica la gente. Hagan fila para criticarme, es mi papá y es mi realidad. El tipo dijo: «Me acuerdo cuando era chiquito, jugaba en el barrio y tomaba esta gaseosa». O sea , su cabeza ya está yéndose. Y yo entendí que ya está. Que también llega un punto donde la persona tiene que irse”.

Y concluyó: “Yo normalicé la muerte, mucho más de lo que ustedes piensan del otro lado. Lloro porque es mi papá y uno nunca está preparado para eso. Pero yo la muerte la normalicé como la vida. Todo el tiempo estuve viviendo momentos en los que él se estaba por ir. Y hoy tal vez sea el momento”.