21 horas del viernes 23 de septiembre. El salón Metropolitano recién abre sus puertas y comienza el show opening de las DJs mendocinas Flor Parra y Valentina Chaves, elegidas especialmente por el anfitrión de la noche. De a poco ingresan las primeras personas, entre ellas Jessica que ya se posiciona contra las vallas delanteras para colgar su bandera de Argentina autografiada por John Digweed hace una semana en Buenos Aires: “Desde el 2015 lo sigo a cualquier parte del país”.

La historia se repite entre los primeros fanáticos que entran al salón. Pablo vive en Buenos Aires pero recorre el país en cada tour del artista. También trajo un cartel que reza: “Un DJ de la vieja escuela tocando música del futuro”. Esta frase la repiten muchos seguidores en cada charla donde se les pide que lo describan.

Digweed había anticipado a Rosario3 que serían dos noches especiales: “En Argentina siempre doy más y me preparo para entregar el 150-200% porque el público realmente es increíble”.

En la primera jornada, más de 2 mil personas disfrutaron de un show con mucho groove y ritmos bailables, siempre con la lógica progresiva: un set que va creciendo en intensidad hacia el final de la noche. Las pantallas y las luces le dieron un salto de calidad visual al evento: “Una de las mejores puestas en escena del año para el país”, destacaron desde la mayoría de las cuentas que siguen la música electrónica en redes sociales.

Gastón Garay es DJ y profesor de la escuela Mezclar en Rosario. Describió al primer show como “sorprendente” por la selección musical y las transiciones: “Lo noté muy paciente para crear atmósferas acompañado por una puesta de primer nivel. El artista tiene una lapicera para crear una historia durante la fiesta y esta fue muy bien redactada”.

El sábado el Metropolitano se amplió para ser utilizados ambos salones. La expectativa entre el público era inmensa: el show se agotó un mes antes. El escenario contaba con 15 pantallas leds y una cantidad incontable de luces pero preparaba aún una sorpresa: un espectáculo de láseres inédito para la ciudad, que fue guardado para la segunda fecha.

Al despliegue visual se sumó una organización que puso el principal foco en la prevención y el cuidado de los asistentes. Puestos de hidratación gratuitos, zonas de masajes, kioscos y la presencia del PAF (Proyecto de Atención en Fiestas), una ONG que nació tras la tragedia de Time Warp y trabajan en la prevención de riesgos con respecto al consumo de drogas y alcohol. Instalaron un puesto donde entregaban folletos con información y tenían a disposición frutas, agua, gaseosas, abanicos y chupetines.

El show de John Digweed comenzó a las 23 y terminó a las 5. Fue un paseo por varios géneros de la electrónica. La euforia y el disfrute de los asistentes se notaba en cada track. No es como un recital o una noche en un boliche: es una experiencia colectiva donde el público realiza un viaje musical en comunión y el conductor es el DJ.

Tracks clásicos se mezclaron con joyas desconocidas y canciones que aún no se consiguen en ningún servicio de streaming o disquería. El DJ británico eligió para el cierre dos clásicos inoxidables: el remix de Danny Howells de “I Feel Love” (Donna Summers) y Star Guitar de los Chemical Brothers.

Las luces se encendieron y el público ovacionó al artista que, con su tradicional perfil bajo, saludó y se retiró del escenario. En casi 6 horas de show no bailó ni arengó, sólo hizo su trabajo. Ya lo dijo en muchas entrevistas: “No se trata de mí, se trata de la música”. La escena final era la de miles de jóvenes abrazados, riendo y celebrando, una sensación de que habían compartido una experiencia espiritual colectiva.

La doble fecha de este año fue realmente especial. Rosario fue el punto más alto de una gira que lo llevó a varios puntos del país. De hecho, se organizaron viajes desde Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y otras provincias para asistir al Metropolitano. Esto marca que el género provoca la llegada de turismo a la ciudad como lo hacen también los eventos deportivos o los recitales de rock. No es historia nueva aunque algunos se sorprendan, Lado B Producciones realiza este tipo de producciones hace ya 15 años a pesar de las trabas por la estigmatización de estos eventos.

Pasó John Digweed una vez más por Rosario y dejó algo más que buenas sensaciones. En sus redes sociales agradeció: “Lo de anoche fue una locura, tanta energía y amor en esa pista de baile”. En resumen, miles de personas disfrutaron de música del futuro tocada por un DJ de la vieja guardia.