Honey Dijon arriba por primera vez a Rosario con su música y su iconicidad. La Dj y productora se presenta el próximo viernes 12 de mayo en el salón Metropolitano. Hizo colaboraciones con Madonna, Lady Gaga y Beyoncé. No obstante, el recorrido trazado por la estadounidense, lejos está de reducirse a la consola. Honey va más allá.

Pocos artistas captaron la atención del mundo House Underground cómo lo hizo ella. Tutelada por Derrick Carter (quien la introdujo al sonido del Jacking House y Techno de Detroit), aterriza en Argentina este fin de semana. Primero lo hace en Rosario, y el sábado se presentará en Buenos Aires.

Activista, militante, transgresora, osada, apasionada, rebelde y comprometida con la libertad y la igualdad en todas sus formas y expresiones. Nació en Chicago hace 54 años. Creció rodeada de música House y los artistas que iniciaron un movimiento global del underground. 

Tejió un camino que, desde el primer momento, luchó por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, contra el racismo y lo materializó en la moda y en la música: una artista que reivindica y resiste a través del House.

La expresión de la existencia a través de la música. Cada vez que produzco, realmente lo hago desde un punto de vista emociona. Lo considero una narración de historias. Hago música física. No es sólo entre tus oídos, quiero que esté en tus piernas, tus brazos, en tu torso y en la parte inferior de tu cuerpo. Es tan humano para mí, querer expresar mi experiencia”, dijo Dijon a The Guardian.

Sobre su lucha, su ideología y su última producción: “Como artista, especialmente como mujer trans de color que trabaja en la música, quería que el álbum fuera directo, sin disculpas, crudo y honesto”. “El álbum es muy oportuno. He colaborado principalmente con cantantes y compositores negros y queer. Estas son canciones sobre el amor, la vida, la resistencia, la lucha contra la opresión”, explicó.

Sin embargo, destaca que es alegre y en este punto reconoce que “es el truco interesante de la buena música dance”. Pese a contar realidades, crueldades e injusticias, tambien edifica. Construye. Aguanta. Y cuestiona.

 “Eso es lo que hace la gran música dance. Levanta y libera mientras también reflexionas. Es afirmación”, dijo.

El trabajo de Honey traza una tradición cultural tan urgente como histórica. Lo cierto es que la música dance es tan poderosa hoy como lo fue entonces.

“Es la política del partido. No es diferente de cuando Joe Smooth hizo Promised Land hace más de treinta años. La conversación sigue siendo válida. Siempre ha habido gente queer de color usando la música dance para crear espacios para ellos mismos”, sostuvo.

A Honey no se lo contaron. Lo vivió. Lo escuchó. Y lo sintió. 

Lo vive. Lo escucha. Y lo siente. 

¿Acaso la transfobia y el racismo es cosa de ayer?

Honey Dijon pisa suelo rosarino por primera vez este viernes y con ella un abanico de expresiones. Una artista 360 que, a partir de su música, interpela las injusticias del pasado, visibiliza las del presente y advierte las del mañana.