Quienes me conocen saben que soy de Empalme Graneros, donde viví desde los 5 años hasta los 28. Mi familia sigue ahí. Crecí en un barrio en el que se festeja “el día del vecino”, en diciembre. Se hacían recitales, maratones y ferias. Algo perdura. Empalme no está así de un día para el otro. El deterioro, la pérdida del contrato social, lamentablemente no se quebraron el fin de semana con el asesinato de Máximo Gerez y el atroz ataque a tres nenes más. Crecí en un barrio que se inundaba, caminé cuadras de noche y madrugada con amigos que la vida me fue separando.

Fui a la escuela 456, con compañeros que comían una vez al día. ¿Había contención? Sí. O al menos para los que queríamos un futuro un poquito mejor. Vecinalistas que lucharon para obras públicas y para no volver a inundarse. En abril de 1986 el barrio vivió la tragedia hídrica más grande.

Fueron meses (años) de silencio, de mirar el cielo con miedo por si llovía y el Ludueña se desbordaba otra vez y perder lo que teníamos. A mediados de los 90 se iniciaron las obras que “salvaron” a los vecinos del agua. De ahí en adelante poco se hizo . El lunes al mediodía me tocó, desde mi trabajo, televisar otra tragedia. Una barriada que explotó porque mataron a un chiquito de 11 años. ¿Se esperaba algo así?

Lamentablemente iba a pasar. Porque el Estado no está. Ninguno. Convirtieron a Empalme en un barrio inseguro, oscuro, sucio, sin frecuencia de colectivos. Duele ver cómo se vive; quien puede progresa y se va. Pienso en los tantos referentes barriales que tanto hicieron, que los escucharon (se hacían escuchar) que sabían como acercarse a la gente. ¿Hay solución con el Ejército? No sé, no creo y ojalá me equivoque.

Un intento de arreglar las cosas podría ser buscar a las personas que caminan esas cuadras y hablar con referentes: desde la vía hasta Provincias Unidas o desde Juan José Paso hasta el arroyo. Ese campito donde de chico iba a ver la altura del Ludueña y pisar un poco de verde que hoy se convirtió en Los Pumitas: un sin fin de pobreza donde Máximo perdió la vida a balazos.