Un hombre de 44 años fue imputado este lunes por haber secuestrado el viernes pasado a un empresario de la construcción, por quien pidió y cobró un rescate de 33.500 dólares. En la investigación que impulsa la fiscal Viviana O’Connell se pudo establecer que el sospechoso había solicitado un monto de dinero que previamente había dado a la víctima para una obra que, aparentemente, no le había gustado cómo había quedado.
La audiencia se realizó esta mañana en el Centro de Justicia Penal, donde Germán B. P. fue acusado por la privación ilegítima de la libertad y por el hallazgo de un pistolón, una pistola calibre 9 milímetros, un revólver 32 largo y una escopeta en el interior de su domicilio de 3 de Febrero al 1500. La fiscal O'Connell también planteó que el caso sea trasladado al fuero federal al tratarse de un secuestro extorsivo, pero la jueza Valeria Pedrana explicó que el hecho no fue cometido por una organización delictiva ni participaron agentes de seguridad, dos elementos necesarios para considerar que se trató de esa calificación legal.
La jueza resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta este martes para que Germán B. P. sea sometido a una evaluación médica para determinar si está en condiciones de comprender la criminalidad de sus actos y afrontar el proceso penal.
Según expuso la fiscal Viviana O'Connell, desde un principio la relación entre el empresario y el cliente había sido conflictiva: Germán B. P. hostigaba al personal de obra, los amenazaba con armas de fuego y hasta con una katana y les pedía cambios a último momento que terminaban en enojos y discusiones, al punto que varios arquitectos encargados de la obra renunciaron.
El acusado se quejó en reiteradas ocasiones de que la edificación no avanzaba hasta que el viernes pasado citó al empresario responsable a su departamento alegando que se encontraba con su pareja, la cual estaba muy nerviosa y quería explicaciones.
El titular de la constructora confió y apenas ingresó fue esposado al calefón a punta de pistola. Allí fue amenazado con matarlo a él y a su familia si no le devolvían los 30 mil dólares que le había pagado más otros 5 mil por robos que había sufrido durante la obra, además de hacerle firmar documentos. El acusado le dejó hablar con el socio para que le consiguiera el dinero, lo que se hizo mediante entrega controlada por un operativo entre fiscalía y la policía.
Cuando el acusado estuvo en poder del dinero liberó al empresario y después, sabiendo que la policía lo tenía rodeado, salió del departamento y fue detenido. En el departamento encontraron frascos de marihuana y las cuatro armas, mientras que el dinero estaba escondido en la terraza, lugar al que llegaron gracias a la propia declaración del detenido.